La carga de Egipto (Isaías 19)

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El capítulo diecinueve del libro de Isaías ha desconcertado a los eruditos de todos los tiempos, pues describe ciertos acontecimientos que sobrevendrían sobre Egipto durante la hegemonía asiria de comienzos del siglo VII a. C. y que jamás tuvieron lugar en aquellos lejanos tiempos. En realidad, tal como ocurre con el resto de los libros de los profetas, se trata de una profecía sobre nuestros días que describe la forma en la que Dios conducirá a cierta nación al arrepentimiento y a la salvación. En virtud de ello, presento aquí mi traducción del texto hebreo de esta «carga de Egipto».


 

La carga [1] de Egipto [2]. ¡Vean! ¡Yahweh [3] cabalga sobre una nube ligera y entra en Egipto! ¡Y los ídolos [4] de Egipto se tambalearán en su presencia y el corazón de los egipcios se derretirá en su interior!

“Pondré a egipcios contra egipcios y cada cual peleará contra su hermano y cada cual contra su prójimo [5], ciudad contra ciudad y provincia contra provincia [6]. El espíritu de los egipcios se vaciará desde su interior y haré desaparecer su prognosis [7], por lo cual consultarán a los ídolos [8], a los encantadores, a los espíritus ancestrales [9] y a los expertos [10]. Y acorralaré a los egipcios dejándolos en poder de patrones crueles [11], y un gobernante insensible mandará sobre ellos”, declara el Señor, Yahweh de los ejércitos.

Y será bebida [12] el agua del mar, pues el río quedará desolado y se secará. Los afluentes serán hediondos y los ríos navegables de Egipto retrocederán y estarán desolados; la caña y el carrizo languidecerán. La llanura de junto al río, de junto al delta, y toda tierra de siembra ribereña se secará, será quitada y ya no será más. Se lamentarán los pescadores, todos los que echan anzuelo en el río estarán de luto y los que extienden redes sobre las aguas del río desfallecerán. Se avergonzarán los trabajadores textiles y los que entretejen redes, pues será quebrantado su sustento, y todos los asalariados estarán angustiados [13].

Los funcionarios de Zoán serán, ciertamente, unos estúpidos. Los sabios que asesoran al faraón darán consejos absurdos. ¿Cómo es que dicen ustedes al faraón: “Yo desciendo de los sabios, desciendo de los primeros gobernantes”? ¿Dónde están ahora tus sabios? ¡Que te digan y te hagan saber qué es lo que planea Yahweh de los ejércitos acerca de Egipto!

¡Los funcionarios de Zoán se convertirán en unos estúpidos! ¡Serán engañados los funcionarios de Menfis! ¡Los que eran la piedra angular de sus clanes harán perder el rumbo a Egipto! ¡Yahweh mezclará [14] en medio de ellos un espíritu perverso y harán perder el rumbo a Egipto en todo lo que haga, tal como un borracho se tambalea en su vómito! ¡Y no habrá para los egipcios nada que puedan hacer al respecto la cabeza y la cola, la rama y el junco [15]!

En aquel día los egipcios serán como mujeres: temblarán y estarán temerosos en presencia de la mano alzada de Yahweh de los ejércitos, la cual él habrá alzado sobre ellos. Y la tierra de Judá será para espanto de Egipto: todo aquel que la trajere a su mente temerá a causa del plan de Yahweh de los ejércitos que él determina sobre ellos.

En aquel día, en el país de Egipto habrá cinco ciudades hablantes del idioma de Canaán, las cuales harán juramento a Yahweh de los ejércitos: a una de ellas se le dirá la Ciudad del Sol [16].

En aquel día habrá un altar a Yahweh dentro del país de Egipto y un monumento dedicado a Yahweh en las proximidades de su frontera. Y será por señal y por testimonio de Yahweh de los ejércitos en el país de Egipto. Pues los egipcios clamarán a Yahweh a causa de sus opresores y él les enviará un salvador y líder, el cual los librará. Y Yahweh será reconocido por Egipto y los egipcios conocerán a Yahweh en aquel día. Y harán sacrificios y ofrendas, y harán votos a Yahweh y los cumplirán. Y Yahweh herirá a Egipto: herirá y sanará. Y se arrepentirán en pos de Yahweh, el cual responderá a sus súplicas y los sanará.

En aquel día habrá una ruta de Egipto hacia Asiria; y los asirios entrarán en Egipto y los egipcios en Asiria; y Egipto y Asiria servirán conjuntamente a Yahweh.

En aquel día será Israel tercero junto a Egipto y a Asiria, una bendición en medio de la tierra, a los cuales bendecirá Yahweh diciendo: “Bendito sea mi pueblo, Egipto; y la obra de mis manos, Asiria; y mi heredad, Israel”.

 

Notas

[1] משא. Aunque podría traducir esta palabra como “sentencia”, “declaración”, “oráculo” o “profecía”, escojo hacerlo en base a su sentido más común, el cual señala algo que es levantado y cargado y que, en caso de tratarse de una declaración de Yahweh, ha de ser entregado. El texto griego de la versión Septuaginta lo traduce como ὅρασις, es decir, “visión”.

[2] מצרים. Mitsraim es el nombre hebreo de Egipto en todo el Antiguo Testamento. Sin embargo, debe tenerse en cuenta dos cosas: por un lado, que la presente profecía o visión se refiere claramente a los últimos días; por el otro, que mediante los profetas de antaño, Yahweh ha expresado símiles, tal como se lee en Oseas 12:10: “He hablado a los profetas y engrandecido la visión; y por medio de los profetas compongo símiles.” Ahora bien, ¿qué es un símil? Una comparación entre dos cosas. De ahí que deba entenderse que al hablar de «Egipto», el profeta Isaías se refiere a una nación diferente a la que era conocida como «Egipto» en sus días, una nación que existiría en los últimos días y que, sin embargo, en cierto sentido guardaría, respecto del antiguo Egipto, una cierta semejanza en cuanto a alguna o a varias características propias de ambas entidades, antigua y moderna.

[3]  A fin de clarificar el enfoque que aquí doy al presente pasaje de Isaías —enfoque que, por otra parte, se encuentra en plena concordancia con mi conocimiento del único y verdadero Dios—, es conveniente que aclare aquí que el Nuevo Testamento declara inequívocamente quién es Yahweh (יהוה); y lo hace, además, muy abiertamente en dos pasajes, a saber, en 1 Corintios 12:3 y en Filipenses 2:11, donde siguiendo la nomenclatura de la Septuaginta, versión griega del Antiguo Testamento, se afirma, en definitiva y sin sombra alguna de duda, que “Yahweh es Jesús”. Esto queda aún más de manifiesto en la versión siríaca o Peshitta del Nuevo Testamento, donde la forma más habitual para referirse a Jesús es ܡܪܝܐ (conjunción de Mar Ya, “Señor Yah”), la misma que en la Peshitta del Antiguo Testamento reemplaza sin excepciones el nombre “Yahweh” del texto hebreo.

[4] אלילים. El término אליל, que suele traducirse como “ídolo” en relación con diversos objetos de adoración, significa ante todo “vanidad” o “vacuidad”; de ahí, que, como en su uso adjetivo, signifique “bueno para nada”, “sin valor alguno” o “vacuo”.

[5] רע. Traduzco esta palabra como “prójimo” en virtud de parecerme éste el sentido más abarcativo de la misma. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que, según el contexto en que se la encuentre, su significado puede ser también el de “amigo”, “compañero”, “compinche” y “conciudadano”.

[6] ממלכה בממלכה. Literalmente “gobierno contra gobierno”. Sin embargo, teniendo en cuenta el texto griego de la Septuaginta, el cual tiene νομὸς ἐπὶ νομόν, he preferido esta forma, la cual hace alusión a las jurisdicciones provinciales que, hacia el siglo VII a. C., con mayor o con menor autonomía respecto del faraón de turno, eran regidas por sus líderes principales o nomarcas.

[7] עצה. Traduzco así, “prognosis”, este término que tiene muchos matices, entre ellos, “plan”, “propósito” y “consejo”; lo hago así en virtud de que la imagen general del pasaje es la de un grupo de personas que no logran ponerse de acuerdo en cuanto al conocimiento por anticipado de una determinada situación, en este caso, de una situación nacional.

[8] Véase la nota 4.

[9] אוב. Este término, que aquí aparece en plural, puede significar tanto “espíritu familiar” o “espíritu ancestral” —su raíz coincide con la palabra que significa “padre” o “ancestro”— como uno que cuenta con tal espíritu o bien con uno que tiene por costumbre el invocarlo. Puede que el caso que tuvo aquí particularmente presente Isaías fuese el de Saúl buscando consultar al espíritu del difunto profeta Samuel frente a la enorme encrucijada y a la angustia en las que se hallaba poco antes de enfrentar al ejército filisteo y luego de que Yahweh lo hubo desechado como rey de Israel (véase 1 Samuel 28).

[10] ידענים. Es decir, los supuestos expertos o muy conocedores, que en Levítico 19 y 20 son equiparados con los falsos profetas.

[11] Sigo aquí tanto el texto griego de la Septuaginta como el siríaco de la Peshitta, los cuales tienen, respectivamente, κυρίων σκληρῶν y ܡܪܵܝܐ ܩܫܵܝܐ (“amos duros”). Por su parte, el texto hebreo refleja una falta de concordancia entre el sustantivo y el adjetivo en lo que hace al número, ya que tiene el plural אדנים (“señores”, “amos" o "patrones”) seguido del singular קשה (“duro” o “difícil”). El texto arameo del Targúm de Isaías corrige, a su vez, al texto hebreo haciendo coincidir el sustantivo y el adjetivo en su forma singular ריבון קשי (“amo duro”). En el caso presente, la alusión a los trabajadores y a los asalariados en los versículos subsiguientes sugiere que la mejor opción para traducir el hebreo אדנים es "patrones", y así lo traduzco aquí.

[12] ונשתו־מים מהים. Traduzco así, ya que leo aquí una forma verbal de la raíz שתה, “beber”, cosa que, por otra parte, ha hecho también el traductor de la versión griega Septuaginta. Otros, en cambio, tomando como base el aspecto simple del verbo cuya raíz es נשת (“secarse”, especialmente debido a un calor extremo), traducen “y se secará el agua del mar”.

[13] Pues será quebrantado su sustento, y todos los asalariados estarán angustiados. Así, en el texto hebreo. En la Septuaginta se lee καὶ πάντες οἱ τὸν ζῦθον ποιοῦντες λυπηθήσονται καὶ τὰς ψυχὰς πονέσουσιν (“y todos los que fermentan y fabrican cerveza, y las almas se afligirán”).

[14] Mezclará. La imagen propuesta es la de un escanciador que mezcla una bebida, algo similar a lo que hoy llamamos un coctelero.

[15] Más que sugestivamente, estos dos pares, “cabeza y cola, rama y junco”, sólo son mencionados, en todo el Antiguo Testamento, aquí y en el capítulo 9 del mismo libro de Isaías, donde el profeta se refiere a Israel en estos términos: “Y cortará Yahweh de Israel cabeza y cola, rama y junco, en un día…” (Is. 9:14) Esto ciertamente sugiere un cierto vínculo —no por misterioso menos firme— entre la entidad que aquí es llamada «Egipto» y aquella que en el capítulo 9 es llamada «Israel».

[16] Ciudad del Sol. Traduzco así del hebreo עיר ההרס, pues הרס es ciertamente una forma poética de referirse al sol, acaso en una de sus fases, tal como puede verse en Job 9:7. Por otra parte, la Septuaginta tiene πόλισ-ασεδεκ (“ciudad de asedek”), forma esta última que podría tomarse como una rara y curiosa transliteración fonética del hebreo הצדק (ha-tzedeq, “la justicia”). Todo esto, de suyo muy sugestivo, lo es más aún cuando se recuerda lo escrito en Malaquías 4:2: “Y les saldrá a ustedes, los que temen mi nombre, un sol de justicia”).

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