Etiqueta: Sión

Isaías 40-66

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Acaso como ningún otro libro del Antiguo Testamento, la sección del libro del profeta Isaías que comienza en su capítulo cuarenta y continúa hasta su mismo final presenta un esquema completo de los últimos días de la era y del comienzo de la era que viene. Se trata de un éxodo como el de Egipto, pero que esta vez tendrá a Babilonia como lugar de partida y a Sión como lugar de llegada de los redimidos por el siervo de Yahweh, quien, luego de cumplido su ministerio, es finalmente adoptado como Hijo de Dios con todos los atributos del Padre.

Joel

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Citado en algunos pasajes claves del Nuevo Testamento, el asunto que presenta el libro de Joel se compone de diversos aspectos que hacen al fin de la era presente y al comienzo de la era venidera. Su estructura presenta una cierta reformulación de algunos detalles que sugiere que aquello que Yahweh anuncia en un principio para su propio pueblo, finalmente recaería sobre sus enemigos. Esta especie de reversión de suertes es complementada por el reconocimiento del Cristo por parte de los hijos de Sión y por el juicio de las naciones que los habían expoliado durante la presente era.

Salmo 147

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Continuando con la serie de alabanzas que ocupan el final del Libro de los Salmos, el Salmo 147 acota la exhortación a alabar a Yahweh a quienes integran su pueblo de ayer, de hoy y de la era que viene, representado en Jerusalén y en Sión. No sorprende, así, que su contexto sea el de dicha era venidera, tal como es el caso con el resto de las composiciones que dan término a la colección. El salmo culmina afirmando la gran singularidad histórica del pueblo de Yahweh, único al que este ha distinguido con el anticipado conocimiento de sus caminos.

Salmo 137

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El Salmo 137 refleja toda la tristeza y la amargura del exilio en Babilonia de los habitantes de Jerusalén desde los días en que Nabucodonosor arrasó con la ciudad y el templo por orden del mismo Yahweh, según puede leerse en el libro del profeta Jeremías. Su fuerte imprecación del final contra los descendientes de Edom, hermano de Israel, constituye en verdad una profecía acerca de los idumeos en el fin de la era, sobre lo cual puede leerse en los libros de los profetas, muy especialmente en el de Abdías, cuyo contenido aporta el contexto profético de este salmo.

Salmo 65

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El salmo 65 es una canción profética acerca de la era venidera como el tiempo en que Sión —sede central del reino de Dios— será establecida como el gozo de la tierra, del mar y de sus más remotos confines, aunque no sin que antes se haya calmado el tumulto de las naciones ignorantes de la justicia sobre la que Sión reposa. El salmo presenta, de hecho, algunas afinidades lingüísticas con el libro de Zacarías, en el que el sumo sacerdote Josué es coronado y designado «Renuevo» como un tipo del Cristo en su función de rey y sumo sacerdote.

Salmo 9

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Atendiendo al título que encabeza su texto hebreo original—el cual alude a «doncellas», el Salmo 9 remite la atención del lector al Salmo 46, con la salvedad de que este último se encuentra enunciado desde un plural, mientras que en el primero es sólo uno el que habla, a saber, David. El tema de ambos salmos es, por lo demás, el de la derrota de las naciones que irían en contra de Yahweh y de su pueblo en el final de la era, en el tiempo previo en que Sión sería establecida como asiento de juicio de la humanidad.

Sofonías

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El libro de Sofonías fue compuesto en base a un asunto recibido por el profeta homónimo hacia mediados del siglo noveno a. C. Sin embargo, nada de lo anunciado en él se refiere a otra cosa que no sea el portentoso día de la ira de Yahweh, tiempo en el que tanto su pueblo como las naciones circundantes recibirían la retribución debida a sus actos como preámbulo de aquello a lo que el apóstol Pedro llamara la «restauración de todas las cosas». Se trata, en definitiva, de una visión acerca de nuestros propios días, los ultimísimos de la presente era.