Sofonías

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El libro de Sofonías fue compuesto en base a un asunto recibido por el profeta homónimo hacia mediados del siglo noveno a. C. Sin embargo, nada de lo anunciado en él se refiere a otra cosa que no sea el portentoso día de la ira de Yahweh, tiempo en el que tanto su pueblo como las naciones circundantes recibirían la retribución debida a sus actos como preámbulo de aquello a lo que el apóstol Pedro llamara la «restauración de todas las cosas». Se trata, en definitiva, de una visión acerca de nuestros propios días, los ultimísimos de la presente era.


 

1

El asunto de Yahweh que vino a Sofonías hijo de Cushi —hijo de Guedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías— en los días de Josías hijo de Amón, rey de Judá.

“Reuniré resueltamente a todo lo que está sobre la faz de la tierra —declara Yahweh—; reuniré a seres humanos y animales: reuniré a las aves del cielo y a los peces del mar y a los que son de tropiezo de entre los impíos. Y quitaré a la humanidad de sobre la faz de la tierra”, declara Yahweh.

“Y extenderé mi mano sobre Judá y sobre todos los habitantes de Jerusalén; y quitaré de este lugar lo que queda del Baal, el nombre de los monjes y de los sacerdotes; y a los que se postran sobre las terrazas en pos del ejército del cielo, a los que juran por Yahweh y a los que juran por su propio rey, y a los que se vuelven atrás de ir en pos de Yahweh y que no lo buscaron ni lo consultaron.”

¡Calla delante del Señor Yahweh cuando esté cercano el día de Yahweh! ¡Porque Yahweh ya ha preparado un sacrificio y ha consagrado ya a sus convidados!

“Y sucederá, en el día del sacrificio de Yahweh, que castigaré a los príncipes, a los hijos del rey y a todos los que visten vestimenta extranjera. Y castigaré también en aquel día a todo el que traspasa el umbral, a los que llenan la casa de sus señores del producto de la coerción y el subterfugio. Y habrá en aquel día —declara Yahweh— un grito de agonía desde el Portal de los Pescados y una lamentación desde su réplica, y un gran quebranto desde los lugares elevados. ¡Aúllen, habitantes de la hoya, cuando sea deshecho todo pueblo traficante, todos los que cargan dinero!

“Y sucederá en aquel tiempo que escudriñaré a Jerusalén con las linternas y castigaré a todos los hombres que están inertes sobre sus sedimentos, aquellos que se dicen a sí mismos ‘Yahweh no traerá el bien ni traerá el mal’. Por lo tanto, sus bienes están destinados al saqueo y sus casas a la desolación; y construirán casas pero no las habitarán, y cultivarán viñas pero no beberán del vino de ellas.

“¡Cercano está el gran día de Yahweh: está próximo y se acerca veloz! ¡Amarga es la voz del día de Yahweh! —grita allí un valiente— ¡Es un día de exceso aquel día! ¡Un día de angustia y de aprieto, un día de estrago y de ruina, un día de oscuridad y de negrura, un día nublado y de densas nubes negras, un día de trompeta y de toque sobre las ciudades valladas y sobre sus altivos barrios periféricos! ¡Y angustiaré a los hombres; y andarán como ciegos cuando hayan pecado contra Yahweh! ¡Y será derramada su sangre como polvo y sus intestinos como rollos de excremento!”

2

“¡Reúnanse y júntense, ustedes, los de la nación añorada, antes de que dé a luz el decreto, de que el día se pase como un tamo! ¡Que sea antes, de manera de que no venga sobre ustedes la furia del día de Yahweh! ¡Que sea antes, de manera de que no venga sobre ustedes el día de la ira de Yahweh! ¡Busquen a Yahweh todos los humildes del país que han actuado conforme a su juicio! ¡Busquen la justicia, busquen la humildad! ¡Acaso sean ocultados en el día de la ira de Yahweh!

“¡Porque Gaza será abandonada, Ascalón será para desolación y Asdod será echada fuera al mediodía! ¡Ay de los habitantes de la franja del mar, nación de sicarios! ¡El asunto de Yahweh es contra ustedes, Canaán, país de los filisteos! ¡Y haré que te desvanezcas hasta que ya no te quede habitante! Y será la franja del mar para praderas parceladas de pastores y para corrales de ovejas. Y habrá una franja para el remanente de la casa de Judá: sobre ellas apacentarán y se echarán a sus anchas hacia el crepúsculo en las casas de Ascalón cuando Yahweh su Dios los visite y revierta su cautiverio…

“He oído los reproches de Moab y las injurias de los hijos de Amón con que denostaron a mi pueblo mientras crecían a costa de sus fronteras. ¡Por lo tanto, como que vivo yo —declara Yahweh de los ejércitos, el Dios de Israel— que Moab se volverá como Sodoma y Amón como Gomorra: una posesión de ortigas y de minas de sal y una desolación duradera! ¡El remanente de mi pueblo los despojará y lo que quede de la nación los herederá! ¡Esto es para ellos por su soberbia cuando denostaban al pueblo de Yahweh de los ejércitos mientras se engrandecían a su costa! ¡Temible será Yahweh sobre ellos cuando traiga flacura sobre todas las deidades de la región y cada cual lo reverencie desde su lugar, todos los continentes de las naciones! ¡Ustedes también, cushitas: ustedes son muertos por mi espada!

¡Y extenderá también su mano hacia el norte y arruinará a Asiria, haciendo de Nínive una desolación, un sequedal como el desierto! ¡Y rebaños se echarán a sus anchas en su interior! Toda bestia nacional, el cormorán, el puercoespín, todas harán noche en sus capiteles; una voz cantará en la ventana al tiempo que la sequedad estará en el dintel, cuando el enmaderado de cedro quede al descubierto. ¿Esta es la ciudad alegre que habita segura, la que se dice a sí misma: ’Soy yo y no hay otra‘? ¡Cómo será desolada, hecha un paradero de bestias! Todo el que pase junto a ella silbará sacudiendo su mano…

3

¡Ay, porfiada y profana, la ciudad opresora! No escuchó la voz ni aceptó corrección; no puso su certeza en Yahweh ni se acercó a su Dios. Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes; sus jueces, lobos del crepúsculo que no dejan hueso por roer para la mañana; sus profetas son frívolos, hombres traicioneros; sus sacerdotes profanaron al Santo, convirtieron a la instrucción en coerción. Yahweh es justo dentro de ella: no cometerá iniquidad. Es en la mañana, es en la mañana que dará su juicio por luz. Él no había fallado, ¡pero el inicuo no conoce la vergüenza!

“¡Había cortado naciones! ¡Sus periferias estaban desoladas! ¡Puse a sus calles como un yermo para que nadie pasase ya por ellas! ¡Estaban asoladas hasta no quedar un solo hombre, hasta no haber ya habitante! Y dije: ‘Ciertamente me temerá, aceptará la corrección y no será cortada por su iniquidad por la cual la visité’ ¡Pero, de hecho, se me adelantaron y falsearon todas sus malicias! ¡Por lo tanto, espérenme —declara Yahweh—, para el día en que surja yo para hacer presa! Ya que mi determinación es el reunir naciones, juntar reinos a fin de derramar sobre ellos mi indignación, toda la furia de mi enojo cuando, en el fuego de mi celo, devore toda la tierra. Porque es entonces que devolveré a los pueblos un idioma limpio para que todos ellos invoquen el nombre de Yahweh, para servirlo con un único consenso. Desde más allá de los ríos de Cush, mis adoradores —la hija de mis dispersados— traerán mi ofrenda. En aquél día ya no sentirás vergüenza por ninguna de tus malicias con las que me traspasaste, ya que entonces quitaré de en medio de ti a los que se alegran en tu soberbia y ya no volverás a enaltecerte en mi monte santo. Y dejaré en medio de ti un pueblo manso y necesitado que se refugiará en el nombre de Yahweh. Lo que quede de Israel no cometerá iniquidad ni hablará engaño, ni será hallada en sus bocas una lengua fraudulenta, ya que serán apacentados y se echarán a sus anchas sin que haya quien los atemorice.”

¡Canta, hija de Sión! ¡Den gritos de júbilo, ustedes los de Israel! ¡Alégrate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén! ¡Yahweh ha quitado tus juicios, ha echado fuera a tus enemigos! ¡Yahweh es el rey de Israel en medio de ti! ¡Ya nunca más temerás el mal! En aquel día se dirá a Jerusalén: “No temas, Sión; que no decaigan tus manos. Yahweh está en medio de ti como un valiente. Salvará y se gozará por ti con alegría; enmudecerá de amor, se regocijará por ti con gritos de júbilo. He reunido a los afligidos por causa del tiempo señalado, los cuales provenían de ti y eran para ella una carga deshonrosa. Heme aquí, el que en aquel tiempo deshará a todos tus enemigos. Y libraré a la que cojea, recogeré a la que estaba alejada y los pondré por alabanza y por renombre en toda la región en la que habían sido puestos en vergüenza. En aquel tiempo los traeré. Y con el tiempo los recogeré, cuando los ponga por renombre y por alabanza entre todos los pueblos de la tierra, al levantar el cautiverio de ustedes ante sus propios ojos”, ha dicho Yahweh.