2 Juan

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Las muchísimas coincidencias temático-lingüísticas que presentan el evangelio y las tres cartas de Juan no habrán pasado desapercibidas para cualquiera que ha estudiado dichos textos con un mínimo de atención. En cambio, nadie parece haber reparado en la significación de los mismos, especialmente en su vínculo profético con el libro de Apocalipsis. Todos ellos constituyen, en efecto, una suerte de puente temporal y generacional entre el siglo primero y el período previo al final de la era, es decir, nuestros propios días, luego de los cuales el Hijo de Dios reinará junto a los suyos desde el monte de Sión.


 

El anciano a una señora escogida y a sus niños, a quienes yo amo en verdad; y no solamente yo, sino todos los que han conocido la verdad por medio de la verdad que permanece entre nosotros y estará con nosotros por siempre. Sea con ustedes gracia, misericordia y paz, de parte de Dios Padre y de parte del Señor Jesucristo, el Hijo del Padre en verdad y amor.

Me gozo grandemente, pues he hallado de entre tus niños a quienes caminan en verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre. Y ahora te ruego, señora —no como escribiéndote un nuevo encargo, sino aquel que teníamos desde un principio—, que nos amemos unos a otros. Y este es el amor: que caminemos según sus encargos. Este es el encargo: que tal como han oído desde un principio, caminen en él. Ya que muchos que hacen errar salen por el mundo no confesando a Jesucristo venido en carne: este es el que hace errar y el anticristo. Tengan cuidado de ustedes mismos, de no arruinar su labor, sino de recibir una remuneración completa. Todo aquel que se retrae y no permanece en la enseñanza del Cristo, no tiene a Dios; el que permanece en la enseñanza del Cristo, el tal tiene tanto al Padre como al Hijo. Si alguno viene a ustedes y no trae esta enseñanza, no lo reciban en la familia ni le digan “¡Bienvenido!”, porque el que le dice “¡Bienvenido!” se hace partícipe de sus malas labores.

Muchas cosas tengo para escribirles, pero no he querido hacerlo por intermedio de papel y tinta, sino que espero ir a ustedes y hablar boca a boca a fin de que nuestro gozo esté cumplido.

Te saludan los niños de tu hermana la escogida. Amén.