Salmo 120

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El libro de los Salmos contiene una serie de quince composiciones cuyo encabezamiento común —«canción de los ascensos»— parece vincularse, en cierto sentido profético, con aquella experiencia de enfermedad mortal y sanación por la que pasara Ezequías, el rey de Judá en Jerusalén durante los días del profeta Isaías, en cuyo libro profético, más específicamente en su capítulo treinta y ocho, se encuentra consignada la misma. Por mi parte, me pareció más que interesante publicarla aquí traducida del texto hebreo estándar (aunque cotejado, aquí y allá, con sus versiones aramea del Targum, griega y siríaca) e incluyendo algunas notas aclaratorias.


 

Canción de los ascensos. [1]

A Yahweh, en mi angustia, clamaré, y él me responderá. ¡Yahweh, libra mi vida [2] del habla [3] mentirosa y de la lengua indolente!

¿De qué te aprovechará o qué te será añadido, lengua indolente? [4] ¡Flechas de héroe afiladas [5] con brasas de enebro!

¡Ay de mí, que he habitado entre los que moran en el oasis [6] y he parado en las tiendas de Quedar! ¡Cuánto albergue se ha dado a sí misma mi vida [7] con los que odian la paz! Yo soy pacífico, ¡pero ellos, en cuanto digo algo, me arman pelea!

 

Notas

[1] שיר המעלות. El sentido de esta nomenclatura que encabeza los salmos comprendidos entre el 120 y el 134 (con la excepción del 121, que presenta una pequeñísima variante) es ambiguo. Literalmente, podría traducirse este título como «canción de los escalones» o «canción de las gradas»; también, como algunos lo han hecho, como «canción gradual». Todas estas opciones sugieren que los salmos que llevan el título en cuestión fueron compuestos para ser entonados mientras se ascendía por alguna escalinata durante el culto del antiguo templo, o bien que el título en cuestión es una indicación para repetir sus versos siguiendo una melodía de escala tonal ascendente.

[2] נפשי.

[3] שפה. Literalmente, «labio».

[4] Es decir, “¿de qué te servirá el ser así, lengua indolente?”

[5] חצי גבור שנונים.

[6] אוסאי. Así en el texto arameo del Targum. En el texto siríaco de la Peshitta, ܐܓܪܬ ܕܬܘܬܒܘܬܝ, «que se ha prolongado mi exilio».

[7] Ver nota 2.