Salmo 27

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Dentro de la colección de los salmos de David, el salmo 27 es sin duda uno de los más sorprendentes desde un punto de vista meramente humano. En él, Yahweh se nos muestra no sólo como un Dios providencial —salvador y protector desde el corazón mismo del misterio—, sino también como un Dios que se deleita en alojar en su casa a los desvalidos y los abandonados de la tierra que lo tienen a él como su única esperanza. Es a estos, entonces, que se complace en atraerlos y en guiarlos, muy íntima y personalmente, hacia el destino más dichoso.


 

 De David.

Yahweh es mi luz y mi salvación: ¿de quién temeré? Yahweh es la fortaleza de mi vida: ¿ante quién me amedrentaré? Al acercárseme los maliciosos para devorar mi carne —mis angustiadores y los que me son enemigos—, fueron ellos quienes tropezaron y cayeron. Si aún un escuadrón acampase contra mí, mi corazón no temería. Aún si se levantase guerra contra mí, en esto estaría confiado…

Una cosa he pedido a Yahweh, ésta buscaré: el habitar en la casa de Yahweh todos los días de mi vida para contemplar la hermosura de Yahweh y para meditar en su templo. Ya que él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal, me ocultará en lo secreto de su tienda, me pondrá en lo alto sobre una roca. Y ahora mismo él levanta mi cabeza sobre mis enemigos a mi alrededor, por lo cual ofreceré en su tienda sacrificios de algarabía, cantaré y entonaré salmos a Yahweh.

¡Escucha, Yahweh, mi voz con la que clamo! ¡Muéstrame tu gracia y respóndeme! Es desde ti que ha dicho mi corazón: “Busquen mi rostro”. Tu rostro, Yahweh, buscaré. ¡No escondas tu rostro de mí! ¡No alejes con enojo a tu siervo! ¡Tú has sido mi socorro! ¡No me descuides ni me abandones, Dios de mi salvación!

Ciertamente, mi padre y mi madre me han abandonado, pero Yahweh me recogerá…

Instrúyeme, Yahweh, en tu camino; y a causa de los que me son enemigos, guíame por una senda de rectitud. No me entregues a la voluntad de mis angustiadores, pues se han levantado contra mí testigos fraudulentos y los que exhalan crueldad. ¡De no ser porque he creído que veré el bien de Yahweh en la tierra de los vivientes…!

Espera a Yahweh. Junta coraje y que tu corazón se fortalezca. Y espera a Yahweh…

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