Salmo 86

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Una vez más entre tantas otras ocurrencias en el Libro de los Salmos, la oración de David que comprende el Salmo 86 pone el foco de la profecía referida al siervo del Señor en la oposición que este experimentaría en los tramos más cruciales de su experiencia humana, en el estado de humillación que precedería al de su exaltación entre todas las naciones en la era venidera. Por todo ello, la oración no está enfocada tanto en la ruina de los soberbios como en la súplica por la ayuda y el consuelo que provienen de Dios para sobrellevar toda adversidad.


 

Oración de David.

¡Inclina, Yahweh, tus oídos! ¡Respóndeme, porque estoy afligido y necesitado! ¡Cuida mi vida, pues yo soy bondadoso! ¡Salva tú, Dios mío, a tu siervo, el cual se asegura en ti! ¡Muéstrame tu gracia, Señor, ya que a ti clamo todo el día! ¡Alegra la vida de tu siervo, pues hacia ti, Señor, elevo mi alma! Porque tú eres bueno y perdonador; eres de gran bondad para con todos aquellos que te invocan. Presta oídos, Yahweh, a mi oración, y atiende a la voz de mis súplicas. En el día de mi angustia te invocaré, ya que me responderás…

No hay como tú, Señor, entre los dioses; y nada hay, tampoco, como tus obras. Todas las naciones que has hecho vendrán, harán reverencia en tu presencia y glorificarán tu nombre. ¡Grande eres tú y hacedor de maravillas! ¡Tú solo eres Dios!

Enséñame, Yahweh, tu camino y caminaré en tu verdad. Haz que tenga una única mente, de manera que tema a tu nombre. ¡Te alabaré, Señor, Dios mío, con toda mi mente, y daré gloria a tu nombre por toda una era! Pues tu bondad es grande para conmigo y has librado mi alma de lo más profundo del Seol.

Dios: los soberbios se han plantado contra mí. Y una asamblea de despiadados ha procurado mi vida, aun cuando no te habían puesto a ti frente a sí mismos. Pero tú, Señor, Dios compasivo y que muestras bondad, lento para la indignación y grande en gracia y en verdad, ¡vuélvete hacia mí y muéstrame tu gracia! ¡Da tu fuerza a tu siervo y salva al hijo de tu sierva! ¡Haz conmigo una señal para bien, de manera que los que me detestan la vean y se avergüencen de que tú, Yahweh, me hayas ayudado y consolado!