No sería exagerado afirmar que el Salmo 89 es uno de los textos principalísimos que configuran todo aquello que se ha dicho y podría decirse acerca del Cristo. Ello se manifiesta muy claramente en el lugar que algunos de sus pasajes tienen en el mismísimo libro de Apocalipsis, el cual corona a todo el asunto del que habla el resto de las Escrituras. Sin embargo, el cristianismo todo nunca ha dejado de ver su contenido y el de otras profecías como a través de un vidrio esmerilado, algo que pronto dejará de ser para dar lugar a lo perfecto.
Masquíl de Eitán el oriental.
¡Cantaré por siempre las bondades de Yahweh! ¡Con mi boca, de generación en generación, daré a conocer tu fidelidad! Ya que dije: “Tu bondad está siendo construida para una era; y en cuanto a los cielos, tú establecerás en ellos tu fidelidad.”
He hecho un pacto con mi elegido, he jurado a David, mi siervo: “Estableceré tu descendencia hasta la era, ya que he construido tu trono de generación en generación.” (selah)
Los cielos, Yahweh, alabarán tu obra; y también tu fidelidad, en la congregación de los santos. ¿Pues quién, en los cielos, se equiparará a Yahweh o se asemejará a Yahweh entre los hijos de los poderosos? ¡Un Dios que es temido en el consejo de los santos, grande y temible sobre todo aquello que lo rodea! Yahweh, Dios de los ejércitos, ¿quién como tú? ¡Fuerte eres, Yah, y tu fidelidad está en todo tu rededor! Tú dominas sobre la crecida del mar; al alzarse sus olas, tú las sosiegas. Tú has aplastado a Rahab como a un herido de muerte; con el brazo de tu fuerza has esparcido a tus enemigos. Tuyos son los cielos; y también la tierra es tuya; el mundo y todo aquello que lo llena, tú los has fundado. El norte y el sur, tú los creaste; el Tabor y el Hermón gritan de júbilo en tu nombre.
Tuyo es el brazo con vigor: fortaleces tu mano, exaltas tu derecha. Justicia y juicio son el asiento de tu trono, la gracia y la verdad van delante de tu presencia. ¡Dichoso el pueblo de los que reconocen el toque de la trompeta, pues a la luz de tu presencia andarán! En tu nombre se regocijarán todo el día y se exaltarán en tu justicia. Ya que tú serás la hermosura de su fuerza; y con tu complacencia exaltarás nuestro cuerno. Ya que nuestro escudo pertenece a Yahweh y a nuestro rey, el santo de Israel…
Fue entonces que hablaste en visión a tus piadosos. Y dices: “He puesto ayuda en un valiente, he exaltado a un elegido del pueblo. He hallado a David, mi siervo; con mi óleo santo lo he ungido, por cuanto mi mano hará reparación en unión con él; también mi brazo le dará contundencia. Ningún enemigo lo pondrá en apuros, ni lo afligirá algún hijo de iniquidad. Pues haré añicos a sus opresores a causa de su presencia y golpearé a los que lo detestan. Mi fidelidad y mi bondad estarán con él y en mi nombre se exaltará su cuerno. Pondré también su mano en el mar y su derecha en los ríos. Él me clamará: “¡Padre mío eres tú! ¡Mi Dios y la roca de mi salvación!” También yo lo pondré como a un primogénito, por arriba de todos los reyes de la tierra. Permanentemente le conservaré mi bondad, y mi pacto será fiel para con él. Pondré a su descendencia para la posteridad y a su trono como los días de los cielos. Si sus hijos abandonasen mi instrucción y no andaren en mis juicios, si profanaren mis estatutos y no observaren mis mandamientos, castigaré con un báculo su transgresión y con marca de lepra su iniquidad. Pero no retiraré de él mi bondad ni seré engañoso con mi fidelidad: no desharé mi pacto ni mutaré aquello que sale de mis labios. Una vez sola he jurado por mi santidad; no mentiré, por ende, a David. Se descendencia será para siempre; y su trono, como el sol frente a mí: como la luna será establecido para una era y como un testigo fiel en el cielo (selah)…”
Pero tú has rechazado y has desechado a tu ungido, y te has enojado con él. Has anulado el pacto de tu siervo y has profanado su corona echándola en tierra. Has roto todas sus cercas; has puesto todas sus fortificaciones en consternación. Lo saquean todos los que pasan por el camino; ha sido objeto de desprecio de sus vecinos. Has exaltado la derecha de sus opresores; has alegrado a todos sus enemigos; has vuelto también a la roca su espada y no lo has levantado del suelo en la batalla; has hecho cesar su pureza y has echado su trono por tierra; has acortado los días de su juventud; lo has cubierto de vergüenza (selah)…
¿Hasta cuándo, Yahweh? ¿Te ocultarás hasta el fin? ¿Consumirá como fuego tu ardiente enojo? Acuérdate de mí, cuál es mi duración: ¿por qué has creado en vano a todos los seres humanos? ¿Quién es el varón que vivirá y no verá muerte, que librará su vida del Seol? (selah) ¿Dónde están, Señor, tus bondades primeras que habías jurado a David con tu fidelidad? Acuérdate, Señor, del desprecio de tus siervos que he llevado en mi seno, todos los muchos pueblos, ya que tus enemigos han desafiado, Yahweh, ya que tus enemigos han desafiado los pasos de tu ungido…
¡Bendito sea Yahweh por siempre! ¡Amén y amén!