Salmo 23

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Tal como ha ocurrido con algunos otros salmos —y más que con cualquier otro—, el Salmo 23 ha sido para muchos un objeto de atención lindante con la superstición, como si la mera repetición de sus líneas tuviese algún tipo de poder en sí misma. En realidad, se trata de una declaración de confianza en Yahweh por parte de David que constituye, a su vez, una profecía sobre el siervo del Señor, quien —según lo dicho en el libro del profeta Isaías— caminaría en las oscuridades confiando solamente en el nombre de Yahweh y apoyándose solamente en su Dios.


 

Salmo de David

Yahweh es mi pastor, nada me falta. Él hace que me tienda en pasturas de hierba verde; me conduce junto a aguas reposadas; restaura mi alma, me guía por sendas de justicia por causa de su nombre;

Aún cuando ando por el valle de la sombra de muerte, no temo el mal, ya que tú estás conmigo: tu vara y tu callado, ellos me consuelan. Preparas delante de mí una mesa en frente de mis angustiadores… ¡Has ungido con aceite mi cabeza: mi copa reboza!

Ciertamente, el bien y la bondad me seguirán todos los días de mi vida y moraré en la casa de Yahweh largura de días.