Siguiendo la tendencia del Libro de los Salmos, el Salmo 24 es una profecía cuya formulación se instala entre el final de la era presente y el comienzo de la era venidera, aquella en la que Yahweh reinará glorioso sobre la tierra y en la que compartirá todos sus bienes con aquellos que lo han buscado incansablemente y se han conservado íntegros en medio de una generación torcida y ruinosa. La instancia final del salmo presenta una imagen apoteótica del momento en que el rey de la gloria está a punto de tomar su lugar en el monte de Yahweh.
De David. Salmo.
De Yahweh es la tierra y lo que la llena, el mundo y los que lo habitan. Pues él la ha fundado junto con los mares y sobre los ríos la constituirá.
¿Quién ascenderá el monte de Yahweh? ¿Y quién se plantará en el lugar de su santo? El que es limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado a la vacuidad su alma ni ha jurado para defraudar. Él cargará con la bendición que proviene de Yahweh. ¡Esta es la generación de los que lo han buscado! ¡De los que buscan tu rostro, Jacob (selah)!
¡Alcen ustedes, portales, sus cabezas! ¡Y sean levantadas ustedes, puertas de la era venidera, y entrará el rey de la gloria! ¿Quién es este rey de la gloria? ¡Yahweh, fuerte y heroico! ¡Yahweh, el héroe de guerra!
¡Alcen ustedes, portales, sus cabezas! ¡Y sean levantadas ustedes, puertas de la era venidera, y entrará el rey de la gloria! ¿Quién es este rey de la gloria? ¡Yahweh de los ejércitos, él es el rey de la gloria (selah)!