Salmo 44

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Tal como lo aclara su título, el Salmo 44 es un masquil, esto es, una composición para despertar un discernimiento o entendimiento profundo. Y resulta, en verdad, un hecho contundente el que este y otros salmos avanzan la revelación de las cosas de Dios por intermediación de su espíritu, inspirador, de hecho, de todas las Escrituras.  En este y en otros salmos se trata, más concretamente, del discernimiento de las cosas primeras y de las últimas, así como del contexto espacio-temporal que enmarca a unas y a otras; todo ello, además, contemplado proféticamente desde el final de la era presente.


 

Al director. De los hijos de Córaj. Masquíl.

Con nuestros propios oídos, Dios, hemos escuchado; nuestros ancestros nos han contado la obra que efectuaste en sus días, en los días del oriente. Tú —tu mano— habías desheredado naciones y los plantabas a ellos, herías a los pueblos y los echabas fuera. Pues no fue por su espada que heredaron la tierra ni tampoco fue su brazo el que los libró, sino tu derecha y tu brazo, así como también la luz de tu rostro, ya que te habías complacido en ellos…

¡Tú, Dios, eres aquel mismo, mi rey! ¡Ordena la salvación para Jacob! ¡Contigo acornearemos a nuestros angustiadores! ¡En tu nombre pisaremos a quienes se nos plantan enfrente! Porque no pondré mi certeza en mi arco, ni será mi espada la que me libre, ya que eresquien nos ha librado de nuestros angustiadores y ha avergonzado a los que nos detestaban. ¡Es en Dios que nos jactaremos todo el día! ¡Y es a tu nombre al que daremos las gracias por una era (selah)!

Sin embargo, nos has desechado; nos has humillado y ya no sales con nuestros ejércitos. Nos has hecho retroceder del enemigo y los que nos detestan viven a costa de lo que nos saquean. Nos entregas como a ovejas que serán por comida y nos has esparcido entre las naciones. Has vendido a tu pueblo sin precio y no has acrecentado tu riqueza con la paga recibida por ellos. Nos has puesto por reproche de nuestros vecinos, por burla y ridículo de los que están en nuestro rededor. Nos has puesto por refrán entre las naciones: los pueblos sacuden la cabeza ante nosotros. Mi confusión está todo el día frente a mí; y la vergüenza ha cubierto mi rostro debido a la voz del que me provoca y me insulta, a causa del enemigo y del vengativo…

Todo esto nos ha venido, pero no te hemos olvidado ni hemos falseado tu pacto. Nuestro corazón no se ha vuelto hacia atrás ni han declinado nuestros pasos respecto de tu senda, aun cuando nos aplastas en lugar de aplastar a los dragones y nos cubres con sombra de muerte. Y es que, si nos hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios o estirado nuestras palmas hacia un dios ajeno, ¿no examinaría Dios esto hasta las últimas instancias, puesto que él es quien conoce las cosas más recónditas del corazón?

¡Sin embargo, es a propósito de ti que nos han estado matando todo el día! ¡Hemos sido contados como ovejas que van al sacrificio! ¡Despierta! ¿Por qué duermes, Señor? ¡Levántate! ¡No nos deseches hasta el fin! ¿Por qué ocultas tu rostro, te olvidas de nuestras aflicciones y de nuestra opresión? Y es que nuestra vida está hundida hasta el polvo. Plántate, por tu bondad, en pos de nuestra ayuda…