Dentro del grupo de los salmos que celebran el comienzo del reinado de Yahweh en la tierra, el Salmo 96 tiene un lugar muy especial, ya que alude a aquella nueva canción a la que hacen referencia algunos otros salmos, el libro del profeta Isaías y —muy especialmente— el libro de Apocalipsis, el cual registra la visión dada oportunamente a Juan. Esto último sugiere, por lo tanto, que aquellos a quienes el salmista se dirige proféticamente son los que serán redimidos para Dios en los días por venir a fin de reinar junto a su Hijo en el monte Sión.
¡Canten a Yahweh! ¡Canten una canción nueva! ¡Canten a Yahweh en toda la tierra! ¡Canten a Yahweh! ¡Bendigan su nombre! ¡Anuncien las buenas nuevas de su salvación de día en día! ¡Cuenten de su gloria entre las naciones, en todos los pueblos sus maravillas, que Yahweh es grande y es grandemente alabado! ¡Temible es él por sobre todos los dioses, ya que todos los dioses de los pueblos son ídolos, pero Yahweh ha hecho los cielos! ¡Hay esplendor y majestad en su presencia; poder y belleza en su santuario!
¡Reconózcanle a Yahweh, familias de los pueblos, reconozcan a Yahweh gloria y poder! ¡Reconozcan a Yahweh la gloria de su nombre! ¡Traigan ofrendas y entren en sus atrios! ¡Reverencien a Yahweh en la majestad del santo! ¡Tiemble ante su presencia toda la tierra!
Digan entre las naciones: “¡Yahweh se ha puesto a reinar! ¡También reparará al mundo, para que de ninguna manera se siga tambaleando! ¡Juzgará a los pueblos con rectitud! ¡Se alegran los cielos y se regocija la tierra! ¡Y brama el mar con todo lo que lo llena! ¡Se alegrará ruidosamente el campo y todo lo que está en él! ¡Se exultarán, entonces, todos los árboles del bosque delante de Yahweh que viene, ya que viene a juzgar la tierra! ¡Juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con su fidelidad!”