Salmo 76

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De manera acaso no tan evidente, el Salmo 76 integra una copiosa serie de testimonios que alude a las cosas primeras y últimas del propósito de Dios para la era presente, muy especialmente con vistas a su final. En él se presentan varios aspectos de un mismo asunto: Dios lleva todas las cosas hacia su climax, el cual tiene no sólo un tiempo, sino también un lugar: el monte de Sión. Y es que, en efecto, es allí donde el Hijo de Dios no sólo será alabado por su pueblo, sino también donde reunirá a sus adversarios para derrotarlos definitivamente.


 

Al director. Con instrumentos de cuerda. Salmo de Asaf. Canción.

¡Dios es reconocido en Judá; en Israel, es grande su nombre! ¡Pero su tabernáculo está en Salém; y su sede, en Sión! ¡Fue hacia allí que quebró las centellas del arco, el escudo, la espada y la batalla! (selah)

¡Iluminado estás tú, más majestuoso que los montes donde el león acopia su presa! Los fuertes de corazón son saqueados, han dormido su sueño; ¡y ninguno de los hombres hábiles ha hallado sus manos! ¡A tu reprensión, Dios de Jacob, fueron puestos a dormir pesadamente tanto el caballo como el carro!

¡Tú, temible eres tú! ¿Y quién estará en pie delante de ti desde el momento en que te indignes? Desde los cielos has dado a escuchar juicio: la tierra temía y se quedó en suspenso al levantarte tú, Dios, para juzgar, para librar a los afligidos de la tierra… (selah) Cuando el furor humano te alabe agradecido, tú restringirás el resto de los furores…

¡Hagan voto a Yahweh su Dios y cúmplanlo! ¡Todos los que están a su alrededor, traigan presentes al temible! ¡El pondrá un coto al espíritu de los líderes! ¡Es temible para los reyes de la tierra!

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