Salmo 68

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El Salmo 68 es de los más enigmáticos que integran la colección del Libro de los Salmos, la cual es ya de suyo harto enigmática en algunas de sus declaraciones proféticas. En el caso presente abundan, por ejemplo, los juegos de palabras sobre la base de dos y hasta de tres sentidos diferentes. Con todo, algunas expresiones en el salmo permiten afirmar con bastante certeza que el cuadro que este presenta pertenece al tópico de las «cosas primeras y últimas», esto es, de los comienzos de la obra de Dios en la era presente y, muy especialmente, de su final.


 

Al director. De David. Salmo. Canción.

¡Dios se levantará, sus enemigos serán esparcidos y los que lo detestan huirán de su presencia!

Los echarás como es echado el humo: tal como es derretida la cera por la presencia del fuego, así se desvanecerán los impíos por la presencia de Dios. Entonces, los justos se alegrarán en forma triunfal delante de Dios y se regocijarán con alegría:

“¡Canten para Dios! ¡Canten salmos a su nombre! ¡Ensalcen al que cabalga en las planicies por su nombre, Yah, y estén exultantes delante de él! ¡Padre de huérfanos y defensor de viudas es Dios en la sede de su santo! ¡Dios es uno que hace habitar en la familia a los solitarios, uno que hace salir a los que están atados en las prosperidades, de hecho, a los indómitos que habían residido en una zona árida! ¡Ah, Dios! ¡Al salir tú delante de tu pueblo! ¡Al marchar tú por el yermo!” (selah) ¡La tierra se sacudió! ¡Y hasta los cielos han goteado por la presencia de Dios, este Sinaí, por la presencia de Dios, del Dios de Israel!”

Rociarás, Dios, una lluvia de buenas voluntades: ¡tú ya habías constituido a tu impacientada heredad! Tu comunidad ya había habitado en ella: ¡con tu bondad, Dios, establecerás al afligido!

El Señor dará una orden: “¡Que las que anuncian buenas nuevas sean un gran ejército! Los reyes de los ejércitos huirán a tontas y a locas; y la que se queda en casa repartirá botín. Si se echasen entre macetas, serían como alas de paloma recubiertas de plata con sus plumas amarilladas con oro.” Al esparcir el Todopoderoso a los reyes en ella, será como si nevase en el Salmón…

Monte de Dios es el monte de Basán; un monte de cima jorobada es el monte de Basán. ¿Por qué observan ustedes hostilmente, montes de cima jorobada, al monte que deseó Dios para habitar en él? ¡Ciertamente, Yahweh morará en él hasta el fin! Los carros de Dios son veinte mil, con miles que se repiten: el Señor, entre ellos; y el Sinaí, en el lugar santo.

Has ascendido a lo alto; has llevado cautiva a la cautividad; has tomado contigo dones entre la humanidad. Sí; incluso a los indómitos, para morada de Yah Dios: “¡Bendito sea el Señor, quien día a día nos carga, el Dios de nuestra salvación! (selah) ¡Dios es nuestro, un Dios de liberaciones! ¡Y del Señor Yahweh son las rutas de escape de la muerte! ¡Ciertamente, Dios herirá severamente la cabeza de sus enemigos, la cabelluda coronilla que va con sus culpas por todas partes!” El Señor ha dicho: “Haré que te vuelvas de Basán, que te vuelvas de las profundidades marinas a fin de que sumerjas tus pies en sangre; y la lengua de tus perros también lamerá de ella…”

Han visto a las peregrinaciones de Dios: a las peregrinaciones de mi Dios, de mi rey, en el lugar santo. Los cantores fueron delante; los que tocaban instrumentos, detrás; y entremedio de ellos, las doncellas tocando el pandero: “¡Ustedes, los del coro! ¡Bendigan a Dios, a Yahweh, desde la fuente de Israel!” Allí Benjamín, insignificante, domina sobre ellos, los príncipes de Judá y su abultada compañía, los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí: “Tu Dios ha ordenado tu poder: ¡confirma, Dios, esto que has obrado para nosotros! Desde tu templo en Jerusalén los reyes te traen presentes de homenaje. ¡Reprueba a las bestias del cañaveral, la congregación de fuertes toros con becerros de pueblos, al que pisotea las piezas de plata! ¡Tú ya has esparcido a pueblos que se complacían en las guerras! Vienen embajadores de Egipto; Cush apura sus manos en pos de Dios…”

¡Gobiernos de la región! ¡Canten a Dios! ¡Canten salmos al Señor! (selah) ¡Al que cabalga los cielos de los cielos del oriente! ¡Vean! ¡Dará con su propia voz un poderoso sonido! ¡Releguen su poder en Dios, cuya majestad está sobre Israel y cuyo poder está en los cielos!

¡Tremendo eres, Dios, desde tus santuarios! El Dios de Israel, él es el que da poder y contundencias a su pueblo. ¡Bendito sea Dios!