Citado en algunos pasajes claves del Nuevo Testamento, el asunto que presenta el libro de Joel se compone de diversos aspectos que hacen al fin de la era presente y al comienzo de la era venidera. Su estructura presenta una cierta reformulación de algunos detalles que sugiere que aquello que Yahweh anuncia en un principio para su propio pueblo, finalmente recaería sobre sus enemigos. Esta especie de reversión de suertes es complementada por el reconocimiento del Cristo por parte de los hijos de Sión y por el juicio de las naciones que los habían expoliado durante la presente era.
1
El asunto de Yahweh que vino a Joel hijo de Petuel.
¡Escuchen esto, ancianos! ¡Y presten oídos, todos los habitantes del país! ¿Acaso ha sucedido esto en sus días o en los días de sus ancestros? Sobre ello contarán a sus descendientes; y sus descendientes, a una generación posterior…
Lo que dejó la langosta joven lo ha devorado la langosta adulta; y lo que dejó la langosta adulta lo ha devorado la oruga; y lo que dejó la oruga lo ha devorado el saltamontes. ¡Despiértense, borrachos, y lloren! ¡Aúllen, todos ustedes, los que beben vino nuevo, ya que les será arrancado de su boca! Pues ha subido una nación a mi tierra, la cual es poderosa y sin número; sus dientes son dientes de león y tiene muelas de león joven. Ha puesto a mi viña como una desolación y a mi higuera como un montón de trozos astillados, despojándola en gran manera, derribando y emblanqueciendo sus ramas: ¡laméntate como una virgen envuelta en cilicio por el marido de sus mocedades!
Ha sido cortada la ofrenda y la libación de la casa de Yahweh; los sacerdotes que sirven a Yahweh se han puesto de duelo. El campo está devastado; se ha enlutado el suelo, pues el grano ha sido devastado, se ha secado el mosto y ha languidecido el aceite fresco. ¡Avergüéncense, labradores; aúllen, hortelanos, por el trigo y por la cebada, pues se ha arruinado la cosecha del campo! ¡La viña se ha secado y la higuera ha languidecido! El granado, e incluso la palmera y el manzano —todos los árboles del bosque— se han secado, por lo cual se ha marchitado el regocijo de los seres humanos…
¡Cíñanse y lamenten, ustedes, los sacerdotes! ¡Aúllen, ustedes, los que sirven en el altar! ¡Vengan y pasen la noche envueltos en cilicio, servidores de mi Dios! ¡Pues están restringidas de la casa del Dios de ustedes la ofrenda y la libación! ¡Consagren un ayuno! ¡Convoquen una asamblea! ¡Reúnan a los ancianos, a todos los habitantes de la tierra de la casa de Yahweh el Dios de ustedes y llamen a Yahweh a gritos!
¡Ay del día! ¡Pues el día de Yahweh está cercano y viene como devastación del Todopoderoso! ¿Acaso no nos ha sido arrancado frente a nuestros ojos el alimento de la casa de nuestro Dios, la alegría y el gozo? Los granos de semilla se han podrido bajo los terrones; los depósitos han quedado desolados, los graneros han sido derribados al marchitarse el grano.
¡Cómo han gemido los animales! ¡Se han quedado perplejas las manadas de la vacada al no haber pastura para ellas! ¡También los rebaños de ovejas han quedado desolados!
¡Es a ti que clamo, Yahweh! ¡Pues el fuego ha consumido los prados del desierto y la llama ha abrasado todos los árboles del campo! Incluso los animales del campo jadean en pos de ti por haberse secado los canales de las aguas y por haber consumido el fuego los prados del desierto…
2
¡Suenen una trompeta en Sión y den un grito de alarma en el monte de mi santo! ¡Se estremecerán todos los habitantes del país, ya que viene el día de Yahweh, ya que está cercano, un día de oscuridad y de densa tiniebla, un día de nubes y de nubarrones oscuros!
Tal como el alba se extiende sobre los montes un pueblo poderoso y numeroso: como él no habrá otro desde esta era; y luego de él, no volverá a haberlo en generación tras generación. Antes de él había consumido el fuego, y luego de él abrasará la llama; como el jardín de Edén es la tierra antes de él; y luego, un desierto, una desolación. ¡Ni tampoco habrá quien de él se libre! Su vista es como la visión de caballos y corren como caballos de guerra. Como estruendo de carros saltarán sobre las cumbres de los montes, como el sonido del fuego cuando consume a la hojarasca, como un pueblo poderoso preparado para la guerra. Los pueblos se retorcían por causa de él: todos los rostros ya habían cambiado de color por su causa. Correrán como campeones, como hombres de guerra; escalarán un muro, cada cual manteniendo su rumbo, sin romper su formación. Ninguno se apretará contra un varón: irán por su calzada, y al caer sobre las armas que se lanzan no romperán filas. En la ciudad, irán de aquí para allá por el muro, correrán entre las casas, subirán hasta las ventanas y entrarán como el ladrón. En su presencia se ha estremecido la tierra y han temblado los cielos; el sol y la luna se oscurecieron y las estrellas retrajeron su brillo…
Pero Yahweh ha dado su voz delante de su ejército, ya que su campamento es muy grande, ya que es poderoso quien ejecuta su orden. Porque el día de Yahweh es grande y tremendo, ¿y quién se le sobrepondría?
Y entonces, incluso ahora (oráculo de Yahweh), ¡vuélvanse a mí con todo su corazón y con ayuno, llanto y lamento! ¡Rasguen sus corazones y no sus vestidos y vuelvan a Yahweh, el Dios de ustedes, ya que él extiende su gracia y es compasivo, lento para indignarse y de gran bondad, que se apena ante las calamidades! ¿Quién sabe si volverá a apenarse y a dejar detrás de sí bendición, ofrenda y libación para Yahweh el Dios de ustedes?
¡Suenen una trompeta en Sión! ¡Consagren un ayuno! ¡Convoquen una asamblea! ¡Junten a un pueblo! ¡Consagren una reunión! ¡Reúnan a los ancianos! ¡Junten a los niñitos y a los que maman de los pechos! ¡Que salga el novio de su habitación y la novia de debajo de su toldo! Entre el porche y el altar llorarán los sacerdotes que sirven a Yahweh y dirán: “¡Perdona, Yahweh, a tu pueblo! ¡No entregues a tu posesión al oprobio de que alguna otra nación la domine! ¿Por qué irían a decir entre los pueblos ’Dónde está el Dios de ellos’?”
Entonces Yahweh, celoso de su tierra, perdonará a su pueblo. Responderá Yahweh, diciendo a su pueblo: “Heme aquí, que les envío el grano y el mosto y el aceite fresco; y se saciarán de él. ¡Ya no volveré a entregarlos al oprobio de las naciones! Y haré que el del norte se aleje de ustedes; y lo echaré en una región reseca y desolada, con su vanguardia hacia el mar oriental y su retaguardia hacia el mar occidental. Y ascenderá su hedor y exhalará su putrefacción por haberse magnificado para actuar.
¡No temas, suelo! ¡Gózate y alégrate, pues Yahweh se ha magnificado para actuar! ¡No teman, animales de mis campos, pues han reverdecido los prados del desierto! Porque el árbol cargará con su fruto y la higuera y la viña darán sus productos. ¡Y ustedes, hijos de Sión, regocíjense y alégrense con Yahweh su Dios, ya que les ha dado al maestro para enseñarles justicia y ha hecho descender para ustedes lluvia temprana y tardía al principio! Los graneros se han llenado de grano y los lagares han desbordado de mosto y de aceite fresco. Y les compensaré los años que devoró la langosta adulta, la oruga, el saltamontes y la langosta joven, mi gran ejército que había enviado contra ustedes. Entonces comerán en abundancia hasta saciarse y alabarán el nombre de Yahweh su Dios, el cual habrá hecho cosas asombrosas con ustedes, de manera que no se avergüence mi pueblo por toda la era. Y se percatarán de que en medio de Israel estoy yo, que yo soy Yahweh el Dios de ustedes y que no hay otro, de manera que no se avergonzará mi pueblo por toda la era.
Y sucederá después de esto que derramaré mi espíritu sobre toda carne, por lo cual los hijos de ustedes profetizarán, las hijas y los ancianos de entre ustedes soñarán sueños y los jóvenes de entre ustedes verán visiones. E incluso sobre los siervos y las siervas derramaré mi espíritu en aquellos días. Y daré portentos en los cielos; y en la tierra, sangre, fuego y columnas de humo. El sol se convertirá en oscuridad y la luna en sangre antes de que venga el día grande y tremendo de Yahweh. Y sucederá que todo aquel que invocare el nombre de Yahweh será librado, pues en el monte de Sión y en Jerusalén habrá liberación —tal como lo ha dicho Yahweh—, así como también entre los sobrevivientes que él llama.
3
Porque he aquí que en aquellos días y en aquel tiempo en que haré regresar a los exiliados de Judá y de Jerusalén, juntaré a todas las naciones y las haré descender al valle de Josafat y allí entraré en juicio con ellas a propósito de mi pueblo y de mi posesión Israel, a la que desparramaron entre las naciones al tiempo que se repartieron mi tierra. Y a mi pueblo le echaron suertes y daban al niño por la prostituta y a la niña vendían por vino para beber.
Y también, ¿qué son ustedes para mí, Tiro y Sidón y todos los distritos de Filistea? ¿Acaso me darán ustedes mi merecido? Y si me diesen mi merecido, ¡muy fácil y rápidamente les devolvería su merecido en sus cabezas! ¡Pues habían tomado y se habían llevado mi plata y mi oro y habían metido en sus palacios mis cosas deseables! ¡Y habían vendido a los hijos de Judá y a los hijos de Jerusalén a los hijos de los griegos a fin de alejarlos de su frontera! ¡Heme aquí, el que los hace despertarse desde allí, desde el lugar al que los habían vendido a ellos y les devolveré a ustedes su merecido sobre sus propias cabezas! ¡Y venderé a sus hijos y a sus hijas a los hijos de Judá, quienes los venderán a los sabeos, a una nación lejana, pues Yahweh lo ha hablado!
¡Proclamen esto entre las naciones! ¡Consagren la guerra! Inciten a los valientes: “¡Acérquense! ¡Suban todos los hombres para la guerra! ¡Martillen sus azadones para hacerlos espadas y sus hoces para hacerlas lanzas! ¡Y que diga el debilucho ’Soy un campeón’! ¡Júntense para ayudar y vengan todas las naciones de alrededor y reúnanse allí! ¡Que haga descender Yahweh a sus valientes!”
Las naciones se espabilarán y ascenderán al valle de Josafat, porque es allí que me sentaré a juzgar a todas las naciones de alrededor. ¡Metan la hoz, pues la cosecha ha madurado! ¡Vengan y desciendan, pues la prensa del vino se ha llenado! ¡Las cubas desbordan, pues es mucha su maldad! ¡Multitudes! ¡Multitudes en el valle de la decisión! ¡Y es que está cercano el día de Yahweh en el valle de la decisión! Sol y luna se han oscurecido y estrellas han retraído su resplandor…
Entonces Yahweh rugirá desde Sión y dará su voz desde Jerusalén. Y temblarán cielos y tierra; pero Yahweh es refugio para su pueblo y fortificación para los descendientes de Israel. Y reconocerán ustedes que yo soy Yahweh su Dios, el que reside en Sión, el monte de su santo. También Jerusalén estará consagrada y los extranjeros ya no volverán a atravesarla más.
Y sucederá en aquel día que los montes destilarán vino nuevo y de las colinas fluirá leche; y por todos los canales de Judá correrán aguas. Y habrá una fuente en la casa de Yahweh que saldrá para regar el vado de las acacias. Egipto será una desolación y Edom será un desierto desolado debido a la crueldad contra los hijos de Judá, ya que habían derramado sangre inocente en la propia tierra de ellos. Por su parte, Judá será habitada por la era que viene; y Jerusalén, por generación tras generación. Y yo limpiaré la sangre de ellos que no había limpiado, aunque Yahweh es uno que reside en Sión.