Zacarías

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El libro del profeta Zacarías —claro complemento del libro de Hageo— es uno de los que más reverberaciones presenta en algunos libros del Nuevo Testamento, principalmente en los Evangelios y en el libro de Apocalipsis. Su tema principal es el de la restauración del remanente del pueblo de Dios en los últimos días de la presente era, es decir, en los nuestros. Dicha restauración vendría de la mano del siervo del Señor el Cristo, llamado aquí el Brote y simbolizado en el sumo sacerdote Josué hijo de Josadac, quien originalmente regresara a Jerusalén junto con los exiliados en Babilonia.


 

1

En el mes octavo del año dos de Darío, vino un asunto de Yahweh al profeta Zacarías hijo de Berequías, hijo de Ido, diciendo: “Yahweh se disgustó grandemente con sus ancestros”. Y dirás a ellos: así ha dicho Yahweh de los ejércitos:

“Vuelvan a mí (oráculo de Yahweh de los ejércitos) y yo volveré a ustedes”, ha dicho Yahweh de los ejércitos. “No sean como sus ancestros, a los cuales habían clamado los profetas primeros, diciendo: ’Así ha dicho Yahweh de los ejércitos: ¡Arrepiéntanse de sus malas conductas y de sus malas obras!‘ Y ellos no escucharon ni me prestaron atención… (oráculo de Yahweh) Sus ancestros, ¿dónde están? Y los profetas, ¿vivirán acaso una era entera? Y sin embargo, ¿acaso mis asuntos y mis decretos que ordené a mis siervos los profetas no alcanzaron a sus ancestros, por lo cual se arrepentían y decían ‘Tal como se propuso hacernos Yahweh de los ejércitos según nuestras conductas y nuestras obras, así ha hecho con nosotros’?”

En el día veinticuatro del mes décimo primero —que es el mes de Shebat—, en el año dos de Darío, vino un asunto de Yahweh al profeta Zacarías hijo de Berequías, hijo de Ido, diciendo:

Vi en la noche y he aquí un hombre que montaba un caballo alazán. Y estaba ubicado entre los mirtos que están en la hondonada; y detrás de él había caballos alazanes, manchados y blancos. Y decía yo: “¿Qué son estos, Señor?” Y me decía el mensajero que hablaba conmigo: “Yo te daré a ver qué son estos”. Y hablaba el hombre ubicado entre los mirtos y decía: “Estos son los que Yahweh ha enviado a caminar por la tierra”. Y estos hablaban al mensajero de Yahweh, el que está ubicado entre los mirtos, y decían: “Hemos caminado por la tierra y he aquí que toda la tierra está reposada y tranquila”. Y hablaba el mensajero de Yahweh y decía: “¿Hasta cuándo, Yahweh de los ejércitos, no tendrás compasión de Jerusalén y de las ciudades de Judá con las cuales te indignaste con enojo estos setenta años?” Y Yahweh respondía, al mensajero que hablaba conmigo, palabras buenas, palabras de consuelo.

Y el mensajero que hablaba conmigo me decía: “Clama diciendo: Así ha dicho Yahweh de los ejércitos: ’He celado con un gran celo a Jerusalén y a Sión. Y siento un enorme disgusto con las naciones que en su tranquilidad se ponen arrogantes; ya que yo me había disgustado un poco, pero ellas contribuyeron para el mal‘. Por ello, así ha dicho Yahweh: ‘Yo me he vuelto hacia Jerusalén con compasiones. Mi casa será construida en ella (oráculo de Yahweh de los ejércitos) y será extendida una línea sobre Jerusalén…’ Clama nuevamente diciendo: Así ha dicho Yahweh de los ejércitos: ‘Las ciudades aún rebosarán de bien; y Yahweh aun consolará a Sión y aun escogerá a Jerusalén’”.

Y alzaba mis ojos y veía; y he aquí cuatro cuernos. Y decía al mensajero que hablaba conmigo: “¿Qué son estos?” Y él me decía: “Estos son los cuernos que desparramaron a Judá, a Israel y Jerusalén”. Y Yahweh me dio a ver cuatro artífices habilidosos. Y yo decía: “¿Qué es lo que estos vienen a hacer?” Y me decía: “Aquellos son los cuernos que desparramaron a Judá de manera que nadie ha alzado su cabeza. Y estos vendrán para hacerlos temblar de miedo a fin de derribar los cuernos de las naciones que alzan un cuerno hacia la tierra de Judá para desparramarla.”

2

Y alzaba yo mis ojos y veía. Y he aquí un hombre; y en su mano, una cuerda de medir. Y le decía yo: “¿A dónde vas?” Y me decía: “A medir a Jerusalén para ver cuánta es su anchura y cuánta su longitud”. Y he aquí al mensajero que hablaba conmigo que salía y a otro mensajero que salía a su encuentro y le decía: “Corre y habla a ese joven, diciendo: ’Jerusalén habitará en aldeas, a campo abierto, a causa de la mucha humanidad y animales en medio de ella. Y yo seré para ella (oráculo de Yahweh) un muro de fuego alrededor; y en su honor estaré en medio de ella. ¡Ay, ay! ¡Y huyan de la tierra del norte (oráculo de Yahweh)! ¡Ya que como los cuatro vientos de los cielos los había esparcido yo (oráculo de Yahweh)! ¡Ay, Sión, habitante de la hija de Babilonia, escápate!” Pues así ha dicho Yahweh de los ejércitos: “En pos de la honra me había enviado él a las naciones que los saquean a ustedes. Pues aquel que los toca a ustedes toca a la hija de su ojo. Porque heme aquí, agitando mi mano sobre ellos; y serán despojo para sus esclavos, por lo que ustedes reconocerán que es Yahweh de los ejércitos quien me había enviado. ¡Grita triunfalmente y alégrate, hija de Sión! Porque heme aquí viniendo, y moraré en medio de ti (oráculo de Yahweh)! Y se juntarán muchas naciones a Yahweh en aquel día, y me serán por pueblo; y habitaré en medio de ti, y reconocerás que es Yahweh de los ejércitos quien me había enviado a ti. Y Yahweh ya había poseído a Judá como su parcela y ya había escogido otra vez a Jerusalén…”

¡Calle toda carne a causa de Yahweh, pues él se ha despertado desde la sede de su santo!

3

Y me dio a ver a Josué, el sumo sacerdote, parado en presencia del mensajero de Yahweh; y a su derecha, para acusarlo, el Acusador. Y decía Yahweh al Acusador: “¡Que Yahweh te reprenda, Acusador! ¡Que Yahweh, el que escoge a Jerusalén, te reprenda! ¿No es este, acaso, una brasa arrebatada del fuego?”

Y Josué había estado vestido con ropas manchadas de excremento y está de pie en presencia del mensajero. Y este hablaba y decía a los que estaban de pie en su presencia, diciendo: “Quiten de él las ropas manchadas de excremento”. Y a él le decía: “Mira, he hecho pasar de sobre ti tu iniquidad y te he hecho vestir de ropas espléndidas”. Y decía: “Pondrán un turbante limpio sobre su cabeza”. Y pusieron el turbante limpio sobre su cabeza y lo vistieron con las ropas; y el mensajero de Yahweh seguía allí de pie. Y el mensajero de Yahweh le advertía a Josué, diciendo: “Así ha dicho Yahweh de los ejércitos: ’Si andas en mis caminos y si cuidas mi oficio, tú también administrarás el gobierno de esta casa y también cuidarás mis atrios, ya que te he hecho uno que se pasea entre estos que están aquí de pie. Escucha, Josué, el sumo sacerdote, tú y tus pares que se sientan en tu presencia, ya que ellos son hombres simbólicos. Porque heme aquí, que traigo a mi siervo el Brote. Pues he aquí la piedra que he puesto delante de Josué: en una piedra hay siete ojos. Heme aquí, que grabo su entalladura (oráculo de Yahweh de los ejércitos); y quitaré la iniquidad de aquel país en un día. En aquel día (oráculo de Yahweh de los ejércitos), invitará cada cual a su par debajo de la viña y debajo de la higuera”.

4

Y había regresado el mensajero que hablaba conmigo y me despertaba como a un hombre que es despertado de su sueño. Y me decía: “¿Qué estás viendo?” Y decía: “Vi; y he aquí un candelero todo de oro con un cuenco en su cima y sus siete candelas están en ella, siete; y siete ductos para las candelas que están en su cima. Y hay dos olivos junto a él: uno desde la derecha del candelero y otro a su izquierda.”

Y hablaba yo y decía al mensajero que hablaba conmigo: “¿Qué son estos, mi señor?” Y respondía el mensajero que hablaba conmigo y decía: “¿Acaso no has reconocido qué son estos?” Y decía yo: “No, mi señor”. Y él hablaba y me decía: “Esta es una palabra de Yahweh para Zorobabel, que dice: ’No con recursos ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho Yahweh de los ejércitos.’ ¿Quién eres tú, el gran monte que está delante de Zorobabel para algo noble? Porque es él quien hará salir la piedra capital con clamores de “¡La gracia! ¡La gracia es para ella!”

Y vino a mí un asunto de Yahweh, diciendo: “Las manos de Zorobabel fundarán esta casa y sus manos la codiciarán indebidamente. Y tú habrás reconocido así que es Yahweh de los ejércitos quien me había enviado a ustedes. ¿Porque quién es el que ha despreciado el día de las pequeñeces? Pues ustedes se habían alegrado viendo la plomada en mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos de Yahweh: ellos patrullan toda la tierra.”

Y yo hablaba y le decía: “¿Qué son estos dos olivos a la derecha del candelero y a su izquierda?” Y hablaba yo por segunda vez y le decía: “¿Qué son las dos ramas de los olivos que por medio de los dos tubos del oro vierten desde sí el aceite dorado?” Y me decía: “¿No has reconocido qué son estos?” Y decía yo: “No, mi señor”. Y él decía: “Estos son los dos que están completamente recubiertos de aceite fresco y resplandeciente que están ubicados junto al Señor de toda la tierra”.

5

Y volvía a alzar mis ojos para ver, y he aquí un rollo volador. Y me decía: “¿Qué estás viendo tú?” Y yo le decía: “Veo un rollo volador: su longitud es de veinte codos y su anchura es de diez codos”. Y él me decía: “Esta es la maldición que sale sobre toda la faz de la tierra, ya que todo el que es un ladrón desde ahora —según ella— es tenido por inocente, y todo el que jura desde ahora —según ella— es tenido por inocente. Yo la he hecho salir (oráculo de Yahweh de los ejércitos) y ha llegado a la casa del ladrón y a la casa del que jura en mi nombre falsamente para que permanezca en medio de su casa y la termine, tanto a sus maderas como a sus piedras.”

Y salía el mensajero que hablaba conmigo y me decía: “Eleva tus ojos y mira qué es esta que está saliendo”. Y le decía yo: “¿Qué es?” Y decía: “Este es el efa que sale”. Y decía: “Esta es la iniquidad de ellos en toda la tierra”. Y he aquí que era levantado un redondel de plomo y la tal era una mujer que estaba sentada dentro del efa. Y él decía: “Esta es la impiedad”. Y la echaba hacia adentro del efa y echaba la piedra de plomo en la boca de este. Y yo elevaba mis ojos y veía: y he aquí dos mujeres saliendo con viento en sus alas; y estas tenían alas como alas de cigüeña; y alzaban el efa entre la tierra y los cielos. Y yo decía al mensajero que hablaba conmigo: “¿A dónde llevan estas el efa?” Y me decía: “A construirle una casa que está ya fijada en la tierra de Shinar e instalada allí sobre su base”.

6

Y volvía a elevar mis ojos y a ver: y he aquí cuatro carros saliendo entre dos de los montes; y los montes son montes de bronce. En el primer carro había caballos alazanes; y en el segundo carro, caballos negros. Y en el tercer carro había caballos blancos; y en el cuarto carro, caballos fuertemente manchados. Y yo hablaba y decía al mensajero que hablaba conmigo: “¿Qué son estos, mi señor?” Y el mensajero respondía y me decía: “Estos son los cuatro espíritus del cielo saliendo luego de asistir al Señor de toda la tierra en la que está. Los caballos negros están saliendo hacia la tierra del norte, y los blancos han salido en pos de ellos, y los manchados han salido hacia la tierra del sur; pero los alazanes han salido procurando ir a recorrer la tierra”. Y les decía: “¡Vayan! ¡Recorran la tierra!” Y recorrían la tierra. Y me gritaba al hablarme, diciendo: “¡Mira! ¡Los que salen hacia la tierra del norte han aquietado mi espíritu en la tierra del norte!”

Y vino a mí un asunto de Yahweh, diciendo: “Toma de entre los del exilio: de Heldai, de Tobías y de Jedadías —y vendrás en aquel día e irás a la casa de Josías hijo de Sofonías—, todos los cuales vinieron desde Babilonia. Y tomarás plata y oro; y harás diademas que pondrás sobre la cabeza de Josué hijo de Josadac, el sumo sacerdote, y le dirás a él: ’Así ha dicho Yahweh de los ejércitos: He aquí al hombre cuyo nombre es el Brote, el cual brotará desde su lugar y construirá el templo de Yahweh. Porque es él quien construirá el templo de Yahweh y él quien cargará con el esplendor. Y se sentará y gobernará sobre su trono; y será un sacerdote sobre su trono, y entre ambos habrá un consejo de armonía. En cuanto a las diademas, serán de Jelem, de Tobías, de Jedadías y de Jen hijo de Sofonías, para recordatorio en el templo de Yahweh. Y los que están lejos vendrán y trabajarán en la construcción del templo de Yahweh. Y ustedes reconocerán que es Yahweh de los ejércitos quien me había enviado a ustedes. Y esto sucederá si es que escuchan atentamente la voz de Yahweh su Dios’”.

7

Y sucedió en el año cuatro del rey Darío que vino un asunto de Yahweh a Zacarías en el cuatro del mes noveno, en Quislev. Pues Bet-El estaba enviando a Sar-Etzer y a Reguem-Melej y a sus hombres a suplicar la presencia de Yahweh, a decir a los sacerdotes que eran de la casa de Yahweh de los ejércitos y a los profetas: “¿Lloraré en el mes quinto? ¿Y me separaré para consagrarme tal como he hecho esto ya por tantos años?”

Y vino a él el asunto de Yahweh, diciendo: “Di a todo el pueblo del país y a los sacerdotes: “Cuando ayunaban lamentando en el mes quinto y en el séptimo y durante estos setenta años, ¿el ayuno con que ayunaban era el mío? Y cuando comían y cuando bebían, ¿no eran ustedes los que comían y los que bebían? ¿No son estas las cosas a las que había convocado Yahweh por medio de los profetas primeros cuando estaba Jerusalén habitada y en quietud, y había habitante en las ciudades a su alrededor y en el sur y en la estepa?” Entonces vino palabra de Yahweh a Zacarías, diciendo: “Así había dicho Yahweh de los ejércitos: ’Juzguen con juicio verdadero y practiquen la bondad y la compasión cada cual para con su hermano. Y no opriman a la viuda ni al huérfano ni al extranjero residente entre ustedes ni al afligido; y no piensen mal de su hermano en sus mentes. Pero ellos se rehusaron a prestar atención, sino que por el contrario dieron la espalda con terquedad e hicieron pesados sus oídos para no escuchar. Y pusieron su corazón como piedra adamantina para no escuchar la instrucción y las cosas que había enviado Yahweh de los ejércitos con su espíritu por medio de los profetas primeros. Y hubo así un gran disgusto de parte de Yahweh de los ejércitos. Y sucedió que así como él convocó y ellos no hicieron caso, así llamaban ellos y yo no hacía caso —ha dicho Yahweh de los ejércitos—; y los esparcía como un torbellino por todas las naciones a las que ellos no habían conocido. Y el país quedó desolado luego de ellos, sin nadie que pasase ni volviese; y convirtieron una tierra deseable en una desolación…’”

8

Y vino un asunto de Yahweh, diciendo: “Así ha dicho Yahweh de los ejércitos, diciendo: ’He celado a Sión con gran celo, y con gran furor la he celado’”.

Así ha dicho Yahweh: “Me he vuelto a Sión habiendo residido en medio de Jerusalén. Y Jerusalén será llamada Ciudad de la Verdad; y el monte de Yahweh de los ejércitos, Monte del Santo”. Así ha dicho Yahweh de los ejércitos: “Aun habitarán ancianos y ancianas en las amplias calles de Jerusalén, cada cual con su bastón debido a sus muchos días. Y las amplias calles de la ciudad se llenarán de niños y niñas que juegan en sus amplias calles”.

Así ha dicho Yahweh de los ejércitos: “Por maravillar esto a los ojos del remanente de este pueblo en aquellos días, ¿acaso será una maravilla también a mis ojos (oráculo de Yahweh de los ejércitos)?”

Así ha dicho Yahweh de los ejércitos: “Heme aquí, el que salvo a mi pueblo de la tierra de donde sale el sol y de la tierra de donde se pone. Y los traeré, y residirán en medio de Jerusalén; y me serán por pueblo y yo les seré por Dios con verdad y con justicia”.

Así ha dicho Yahweh de los ejércitos: “Refuercen sus manos los que escuchan en estos días estas cosas de boca de los profetas, las cuales se dicen en el día en que ha sido echado el cimiento de la casa de Yahweh de los ejércitos a fin de que sea construido el templo. Porque antes de aquellos días no habrá paga para la humanidad, y paga para el animal tampoco la habrá, ni para el que sale ni para el que llega. No hay paz a causa del angustiador y yo lanzo a la humanidad cada cual contra su prójimo. Sin embargo, ahora no seré yo como en los días primeros para el remanente de este pueblo (oráculo de Yahweh de los ejércitos). Ya que la simiente de la paz —la viña—, dará su fruto, y la tierra dará su producto y los cielos darán rocío, y haré entrar en posesión de todas estas cosas al remanente de este pueblo. Y sucederá, casa de Judá y casa de Israel, que así como fueron una maldición entre las naciones, así los salvaré a ustedes y serán una bendición. ¡No teman! ¡Refuercen sus manos!”

Pues así ha dicho Yahweh de los ejércitos: “Así como me propuse hacerles mal al provocarme un disgusto sus ancestros a mí —ha dicho Yahweh de los ejércitos— y no me arrepentí, así me propuse en estos días hacer bien a Jerusalén y a la casa de Judá. ¡No teman! Estas son las cosas que deben hacer: hablen la verdad cada cual con su prójimo; decidan la verdad y la armonía en sus disputas; y que ninguno piense el mal de su prójimo en sus corazones, ni amen tampoco el juramento falso, ya que son todas estas cosas las que yo detesto (oráculo de Yahweh)”.

Y vino a mí un asunto de Yahweh de los ejércitos, diciendo: “Así ha dicho Yahweh de los ejércitos: ’El ayuno del mes cuarto, el ayuno del quinto, el ayuno del séptimo y el ayuno del décimo serán para la casa de Judá por regocijo y alegría y para reuniones placenteras: amen, por lo tanto, la verdad y la armonía.”

Así ha dicho Yahweh de los ejércitos aún: “Que vendrán pueblos y habitantes de muchas ciudades. E irán los habitantes de una hacia otra diciendo: ’¡Vayamos a suplicar la presencia de Yahweh y a buscar a Yahweh de los ejércitos! ¡Yo también voy!’ Y vendrán muchos pueblos y naciones poderosas a buscar a Yahweh de los ejércitos en Jerusalén y a suplicar la presencia de Yahweh”.

Así ha dicho Yahweh de los ejércitos: “En aquellos días, cobrarán fuerza diez hombres de todas las lenguas de las naciones para tomar del borde de la vestimenta a un judaíta, diciendo: ’¡Nosotros vamos con ustedes, pues hemos oído que Dios está con ustedes!’”

9

La carga de la palabra de Yahweh está en la región de Hadráj y en Damasco, su lugar de descanso, ya que de Yahweh son el ojo humano y todas las tribus de Israel. También Hamat hará frontera con ella; y Tiro y Sidón, ya que es tan sabia. Y Tiro le edificará un emplazamiento, amontonando así plata como polvo y oro como lodo de las calles. He aquí que el Señor la empobrecerá y herirá en el mar sus recursos, y será consumida en el fuego.

Ascalón verá y sentirá temor; lo mismo Gaza, la cual se dolerá grandemente; también Ecrón, pues su esperanza será confundida: desaparecerá el rey de Gaza, Ascalón no permanecerá y en Asdód habitará un bastardo. Y cortaré el orgullo de los filisteos, quitaré su sangre de su boca y sus abominaciones de entre sus dientes. Y también él quedará para nuestro Dios: será como un capitán en Judá, y Ecrón como el jebuseo. Y acamparé como un guardián de mi casa para evitar que crucen y que vuelvan; y el opresor no pasará más sobre ellos, porque ahora veré con mis propios ojos…

¡Regocíjate mucho, hija de Sión! ¡Da gritos de triunfo, hija de Jerusalén! He aquí que tu rey viene a ti, justo y victorioso, humilde y cabalgando sobre un asno y sobre la cría de un asna. Y destruiré el carro de Efraín y el caballo de Jerusalén, y será cortado el arco de guerra. Y hablará paz a las naciones, y su gobierno será de mar a mar y desde un río hasta los confines de la tierra. Y tú también: por la sangre de tu pacto dejaré libre a tus prisioneros de la cisterna en la que no hay agua. (¡Vuelvan a la fortaleza, prisioneros de la esperanza!) También digo hoy que se te restituirá el doble. Pues entesaré a Judá como un arco, llenaré a Efraín y despertaré a tus hijos, Sión, contra tus hijos, Grecia, y te pondré como espada de héroe.

Y Yahweh será visto sobre ellos y su flecha saldrá como un relámpago; y el Señor Yahweh tocará la trompeta e irá entre torbellinos del sur. Yahweh de los ejércitos será escudo sobre ellos, y devorarán y someterán a las piedras de la honda. Y bebiendo harán barullo como tomados por vino y se llenarán como el tazón, como las extremidades del altar. Y los salvará Yahweh en aquel día como rebaño de su pueblo, pues las piedras de la diadema serán enaltecidas como una insignia en su propia tierra. ¡Porque cuánta es su bondad y cuánta su hermosura! El grano hará fructificar a los jovencitos y el mosto a las jovencitas…

10

Pidan de Yahweh lluvia en el tiempo de la lluvia tardía —a Yahweh, el que produce los relámpagos— y les dará lluvia a cántaros, hierba verde en el campo para cada uno. Porque los terafines hablarán cosas vanas, los adivinos verán mentira y hablarán sueños vanos, su consuelo será aire: por esto mismo, el pueblo marchará como un rebaño y se afligirá, pues no habrá un pastor. ¡Contra los pastores se encenderá mi enojo! ¡Y castigaré a las cabras! Pues Yahweh de los ejércitos visitará a su rebaño, la casa de Judá, y los pondrá como su caballo de honor en la batalla. De ella proviene la piedra angular, de ella proviene la clavija, de ella proviene el arco de guerra; de ella saldrán al unísono todos los que causan apremio. Y serán como héroes que en combate pisotean en el lodo de las calles; y combatirán, pues Yahweh estará con ellos; y los que cabalgan sobre caballos serán avergonzados. Y haré heroica a la casa de Judá y salvaré a la casa de José, y haré que se arrepientan, pues tendré misericordia de ellos y serán como si nunca los hubiera desechado, ya que yo soy Yahweh su Dios y les prestaré oído. Y será Efraín como un héroe y el corazón de ellos se alegrará como con vino; y sus hijos lo verán y se alegrarán: su corazón se regocijará con Yahweh. Yo les silbaré y los reuniré —pues los habré redimido— y proliferarán como una miríada. Los habré esparcido entre los pueblos y desde las lejanías se acordarán de mí; vivirán con sus hijos y regresarán, pues los haré regresar desde el país de Egipto y los juntaré desde Asiria, y los haré venir a la región de Galaad y al Líbano, y no alcanzará el lugar para ellos. Y la tribulación pasará por el mar y herirá en el mar las olas; y se secarán todas las profundidades del río, y se abajará el orgullo de Asiria, y el báculo de Egipto será quitado. Y los haré heroicos en Yahweh y en su nombre andarán (oráculo de Yahweh).

11

¡Abre tus puertas, Líbano, y el fuego consumirá tus cedros! ¡Aúlla, ciprés, pues caerá un cedro al ser devastados los grandes! ¡Aúllen, encinas de Basán, porque declinará el bosque espeso! ¡La voz del aullidos de los pastores, porque su magnificencia está devastada! ¡La voz del rugido de los cachorros de león, porque está devastado el orgullo del Jordán!

Así dijo Yahweh mi Dios: “Apacienta al rebaño de la matanza, a los cuales sus compradores matan sin sentirse culpables, mientras que los que los venden dicen ‘¡Bendito sea Yahweh: voy a hacerme rico!’, y sus pastores no tienen piedad de ellos. Por lo tanto, ¡ya no tendré piedad de los habitantes de la tierra (oráculo de Yahweh); y he aquí que entregaré a los seres humanos, cada cual en mano de su prójimo y en mano de su rey! ¡Y aplastarán la tierra y yo no los libraré de sus manos!”

Apacentaré, por lo tanto, al rebaño de la matanza, a los humildes del rebaño. Y me haré de dos bastones: a uno llamaré «Amabilidad» y al otro llamaré «Dolores». Apacentaré, por lo tanto, al rebaño. Y en un solo mes quitaré a los tres pastores, pues mi alma se apesadumbrará con ellos, y también el alma de ellos me aborrecerá. Y diré: “Ya no las apacentaré: la que muriese, morirá; y la que fuese cortada, será cortada; y las que quedaren, cada cual comerá la carne de su compañera”. Entonces tomaré mi bastón «Amabilidad» y lo cortaré a fin de romper mi pacto que había hecho con todos los pueblos. Y será deshecho en ese día; y reconocerán así los humildes del rebaño que me observan que esto es un asunto de Yahweh. Y les diré: “Si les parece bien, denme mi salario; y si no, déjenlo”. Y pesarán mi salario en treinta piezas de plata. Y Yahweh me dice: “Échalo en la vasija: ¡es magnífico el valor en el que me han apreciado!” Y tomaré las treinta piezas de plata y las echaré, en la casa de Yahweh, en la vasija. Entonces cortaré mi segundo bastón, «Dolores», a fin de romper la fraternidad entre Judá e Israel.

Y me dice Yahweh: “Hazte aún de los instrumentos de un pastor perversamente estúpido, porque he aquí que levantaré en la tierra un pastor que no visitará a las que fueron cortadas, ni buscará a la pequeña ni curará a la quebrada, pero devorará la carne de la saludable y romperá en pedazos sus pezuñas… ¡Ay del pastor bueno para nada que abandona al rebaño! ¡Venga una espada sobre su brazo y sobre su ojo derecho! ¡Su brazo se secará del todo y su ojo derecho se oscurecerá por completo!”

12

La carga de la palabra de Yahweh acerca de Israel.

Oráculo de Yahweh, el que extiende los cielos, el que establece el fundamento de la tierra y el que forma el espíritu humano dentro de él: “He aquí que yo pongo a Jerusalén por copón que hace tambalearse a todos los pueblos de en rededor; y también estará sobre Judá en el sitio a Jerusalén. Y sucederá en aquel día que pondré a Jerusalén por piedra de carga para todos los pueblos: todos los que la carguen serán lacerados, y todas las naciones se juntarán contra ella. En aquel día (oráculo de Yahweh) heriré a todo caballo con estupefacción, y a su jinete con locura; abriré mis ojos sobre la casa de Judá y a todo caballo de los pueblos heriré con ceguera. Y dirán para sí mismos los jefes de Judá: ‘Me son por fuerza los habitantes de Jerusalén en Yahweh de los ejércitos, el Dios de ellos…’ En aquel día pondré a los capitanes de Judá como brasero de fuego entre leños y como antorcha de fuego entre gavillas y consumirán a la derecha y a la izquierda, a todos los pueblos de en rededor; y Jerusalén será nuevamente habitada en su lugar, en Jerusalén.

“Y Yahweh salvará primeramente a las tiendas de Judá a fin de que no se magnifique el esplendor de la casa de David y el esplendor del habitante de Jerusalén por encima de Judá. En aquel día Yahweh defenderá al habitante de Jerusalén: y aquel de entre ellos que trastabille en aquel día será como David, y la casa de David será como Dios, como el mensajero de Yahweh delante de ellos.

“En aquel día buscaré devastar a todas las naciones que vengan contra Jerusalén. Y derramaré sobre la casa de David y sobre el habitante de Jerusalén un espíritu de gracia y de súplicas. Y me mirarán a mí, a quien traspasaron, y harán lamentación por él como por un hijo único, amargándose por él como quien se amarga por el primogénito. En aquel día se acrecentará la lamentación en Jerusalén como la lamentación de Hadad Rimón en el valle de Meguido. Y lamentará todo el país, todas y cada una de las familias aparte: la familia de la casa de David aparte, y sus mujeres aparte; la familia de la casa de Natán aparte, y sus mujeres aparte; la familia de la casa de Leví aparte, y sus mujeres aparte; la familia de Simei aparte, y sus mujeres aparte; todas las familias que quedaren, todas y cada una de las familias aparte, y sus mujeres aparte.

13

“En aquel día habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para purificación del pecado y de la inmundicia. Y sucederá en aquel día (oráculo de Yahweh de los ejércitos) que raeré los nombres de los ídolos y ya no serán más recordados, y haré obsoletos en la tierra a los profetas y al espíritu de la inmundicia. Y sucederá que cuando aún profetice algún varón, su padre y su madre que lo han engendrado le dirán: “¡No vivirás, porque has hablado engaño en el nombre de Yahweh!” Y su padre y su madre que lo han engendrado lo traspasarán en cuanto se ponga a profetizar. Y sucederá en aquel día que se avergonzarán los profetas —cada cual de su propia visión con que profetizaba— y ya no vestirán más el manto velludo para decepcionar. Y dirá: “Yo no soy un profeta; yo soy un hombre que trabaja el suelo, ya que ese es mi oficio desde mi juventud”. Y le dirán: “¿Qué son las heridas estas que tienes en tus manos?” Y dirá: “Son con las que fui herido en casa de aquellos a los que estaba apegado”.

“¡Espada! ¡Despiértate sobre mi pastor y sobre el varón compañero mío (oráculo de Yahweh de los ejércitos); hiere al pastor y será dispersado el rebaño, y haré volver mis manos sobre los menospreciados! Y sucederá en toda la tierra (oráculo de Yahweh de los ejércitos) que dos partes serán cortadas en ella y expirarán, pero el tercio será dejado en ella. Y traeré al fuego al tercio y los refinaré como se refina la plata, los probaré como se prueba el oro: él invocará mi nombre y le responderé diciendo ‘Ese es mi pueblo’, y él dirá ‘Yahweh es mi Dios’”…

14

He aquí que viene un día para Yahweh en que serán repartidos tus despojos en medio de ti. Y reuniré a todas las naciones contra Jerusalén para hacerle la guerra; la ciudad será tomada, despojarán las casas y dormirán con las mujeres; y saldrá la mitad de la ciudad al exilio; pero el resto del pueblo no será cortado de la ciudad.

Y saldrá Yahweh y peleará con aquellas naciones tal como el día en que peleó en el día de la batalla. Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el Monte de los Olivos que está enfrente de Jerusalén desde antaño; y el Monte de los Olivos se partirá al medio hacia el oriente y hacia el mar, formando una cañada muy grande, y se apartará la mitad del monte hacia el norte y su otra mitad hacia el sur. Y ustedes huirán por la cañada de los montes, ya que la cañada de los montes llegará hasta Azal: huirán como huyeron por causa del terremoto en los días de Uzías, rey de Judá. Y vendrá Yahweh mi Dios y todos los consagrados con él. Y sucederá en aquel día que la luz no será clara ni obscura: será un día, el cual es conocido por Yahweh, en que no será ni de día ni de noche; pero sucederá que al atardecer habrá luz. Sucederá en aquel día que saldrán aguas vivas de Jerusalén: la mitad de ellas hacia el mar anterior y la otra mitad de ellas hacia el mar ulterior: será en verano y en invierno.

Y será Yahweh por rey de toda la tierra. En aquel día, Yahweh será uno y su nombre uno. Se volverá toda la tierra como la estepa desde Gueba hasta Rimón, al sur de Jerusalén, y será enaltecida y habitada en su sitio, desde el portal de Benjamín hasta el lugar del portal primero, hasta el portal de las esquinas, y la torre de Jananeel hasta los lagares del rey. Y habitarán en ella y ya no habrá anatema, sino que Jerusalén será habitada en confianza.

Y esta será la plaga con la que Yahweh herirá a todos los pueblos que apostaron sus ejércitos contra Jerusalén: su carne se pudrirá mientras aún están en pie, sus ojos se pudrirán en sus cuencas y sus lenguas se pudrirá en sus bocas. Y sucederá en aquel día que habrá una gran confusión causada por Yahweh entre ellos, y tomará de la mano cada cual a su camarada y levantará su mano contra la mano de su camarada. Y también Judá peleará en Jerusalén. Y será juntada la riqueza de todas las naciones de en rededor: oro, plata y vestimentas en gran abundancia. Y así será también, como esta plaga, la plaga del caballo, del mulo, del camello, del asno y de todos los animales que estarán en aquellos campamentos.

Y sucederá que todos los que hayan sido dejados de entre todas las naciones que vendrán contra Jerusalén subirán de año en año a adorar al rey Yahweh de los ejércitos y a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Y sucederá que aquellos de entre las familias de la tierra que no suban a Jerusalén para adorar al rey Yahweh de los ejércitos, no vendrá sobre ellos la lluvia. Y si la familia de Egipto no subiese ni viniese, sobre ellos no vendrá la lluvia: vendrá la plaga con la que Yahweh herirá a las naciones que no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Esta será la pena del pecado de Egipto y la pena del pecado de todas las naciones que no subiesen para celebrar la fiesta de los tabernáculos.

En aquel día, sobre la campanilla del caballo será grabada la inscripción «Consagrado a Yahweh», y serán las ollas en la casa de Yahweh como copones ante el altar. Y será toda olla en Jerusalén y en Judá consagrada a Yahweh de los ejércitos, y vendrán todos los que ofrezcan sacrificios y tomarán de ellas y cocinarán en ellas. Y en aquel día ya no habrá más comerciante en la casa de Yahweh de los ejércitos.

 

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