En su manifiesta brevedad y en la aparente simpleza de sus dichos, el salmo 95 es uno de los más significativamente proféticos de toda la colección que compone al libro de los Salmos. Su tema es el reposo de la era por venir destinado para todos aquellos del pueblo de Dios cuyo corazón se encuentre bien dispuesto. De ahí que lo hiciera uno de sus temas principales el autor de la Carta a los hebreos, un texto crucial del Nuevo Testamento que se encuentra pletórico de advertencias para aquellos que integrarían dicho pueblo en los últimos días de esta era.
¡Vamos! ¡Cantemos jubilosamente a Yahweh! ¡Aclamemos sonoramente a la roca de nuestra salvación! ¡Pongámonos delante de él [1] con acción de gracias! ¡Aclamémoslo en alto con canciones! ¡Porque Yahweh es un Dios grande y un gran rey sobre todos los dioses, en cuya mano están los lugares explorables de la tierra [2] y a quien pertenecen las protuberancias de los montes [3] , a quien también pertenecen el mar —pues él lo hizo— y la tierra seca [4] , a la cual dieron forma sus manos!
¡Vengan! ¡Adoremos [5] y doblemos la rodilla! ¡Arrodillémonos delante de Yahweh, nuestro hacedor! ¡Porque él es nuestro Dios; y nosotros, el pueblo de su pastura y el rebaño de su mano! [6]
Si oyeren hoy su voz, no endurezcan sus corazones como cuando fue la contienda [7] , en el día de la prueba [8] en el desierto, cuando sus ancestros me tentaron [9], poniéndome a prueba [10] , y vieron, de hecho, el resultado [11] : ¡por cuarenta años estuve fastidiado [12] con toda una generación! [13] Y dije: “Este es un pueblo compuesto de gente con corazón fluctuante [14] ; no reconocieron mis maneras de conducirme, por lo cual juré en mi ira que no entrarían en mi reposo".
Notas
[1] נקדמה פניו.
[2] מחקרי־ארץ.
[3] תועפות הרים.
[4] יבשת. Este término designa a una masa terrestre cualquiera en su diferenciación respecto de las masas de agua, especialmente del mar.
[5] La raíz שחה, que en su forma simple significa «inclinarse», en su forma reflexiva implica hacerlo en reverencia de un superior. Esta última forma es la que las Biblias en español suelen traducir como «adorar» y así lo hago yo en este caso, mayormente debido al contexto que aquí la rodea y define.
[6] עם מרעיתו וצאן ידו.
[7] כמריבה. Literalmente, «Como la contienda». La raíz verbal ריב denota, en general, la acción de contender en el contexto de una disputa judicial. En el caso presente, se trata de una alusión al episodio narrado en Éxodo 17:1-7, el cual quedó como un ejemplo paradigmático de protesta odiosa contra Dios debida a una enorme falta de confianza en su carácter y en su providencia. Pero véase también Números 20:1-13, donde se narra un incidente con ribetes similares que costó a Moisés y a Aarón el que Dios vetase su ingreso en Canaán. Las similitudes y las diferencias entre ambos episodios tienen, de hecho, todo el aroma de la revelación.
[8] מסה.
[9] נסוני.
[10] בחנוני.
[11] גם־ראו פעלי. Traduzco aquí פעל («hecho», pero también «trabajo» o «labor») como «resultado», ya que tal es la implicancia que le asignan las palabras que le siguen (“por cuarenta años estuve fastidiado con aquella generación…”). ¿Cuál fue, en efecto, su “hecho”, sino el impedir la entrada en Canaán, la tierra prometida, de todos aquellos que habían salido de Egipto, excepción hecha de Josué y de Caleb (ver Números 14:26-35)? Ver, respecto de este mismo pasaje, lo dicho en Hebreos 3:17.
[12] אקוט. La raíz קוט denota ante todo el sentir harto el estómago, es decir, el estar asqueado. Sólo en una segunda instancia se aplica a un asco o fastidio anímico.
[13] בדור. Literalmente, «una generación». El contexto, sin embargo, llama a poner el énfasis en la magnitud del fastidio de Yahweh, no solamente en cuanto al tiempo de su duración sino a la cantidad de gente involucrada en el mismo. Ver la nota anterior.
[14] תעי לב. La raíz תעה cuenta con muchos matices de sentido. En el caso presente, asociada al corazón —es decir, en realidad, a la mente, en la medida en que, en el pensamiento semítico antiguo, el corazón era el asiento de los pensamientos—, su sentido es el de divagar, es decir, el de no poder mantenerse en una línea de pensamiento cualquiera y, por lo tanto, el de ser incapaz de fijar la atención y las energías en un propósito determinado.