Salmo 41

      Comentarios desactivados en Salmo 41
compartir

Como el de varios otros salmos dedicados «Al director» en los títulos que los encabezan, el salmo 41 refiere un período de expectativa que transcurre en medio de la debilidad y el abatimiento a la vez que se adentra, con los ojos de la fe, en la era venidera, en la que el Cristo ejercerá su reinado de misericordia, juicio y justicia sobre la tierra. Se trata este de un esquema que reproduce inconfundiblemente la fe del anciano Abraham, quien antepuso su expectativa fundada sobre las promesas de Dios a aquella otra expectativa que le dictaban sus propios sentidos humanos.


 

 Al director. Salmo de David.

Dichoso el que discierne al abatido: en el día del mal, Yahweh lo librará. Yahweh lo guardará y lo hará vivir; será dichoso en la tierra. (Y no lo entregarás al arbitrio de sus enemigos.) Yahweh lo sostendrá en su lecho de debilidad.

Yo había dicho: “Muéstrame tu gracia; sana mi alma, pues contra ti he pecado. Mis enemigos proclaman el mal sobre mí: ‘¿Cuándo morirá y se perderá su nombre?’ Y si viene a fisgonear, habla vacuidades. Su corazón acumula iniquidad; sale a la calle y la divulga. Al unísono murmuran sobre mí todos los que me detestan, pensando el mal sobre mí: ’Una nostalgia sin límites se ha derramado en él; y el que se acostó no volverá a levantarse‘. Aún el hombre que estaba en paz conmigo, en quien confiaba, el que comía de mi alimento, levantó su talón contra mí.

“Pero tú, Yahweh, muéstrame tu gracia: ponme de pie y les daré su paga. En esto supe que te complaciste en mí: al no exultarse sobre mí mi enemigo. En cuanto a mí, me has hecho perseverar en mi integridad y me has apostado delante de ti para la era que viene.”

¡Bendito sea Yahweh, el Dios de Israel, desde la era y hasta la era! ¡Amén y amén!

Print Friendly, PDF & Email