El escrito de Ezequías (Isaías 38:9-20)

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El capítulo 38 del libro del profeta Isaías documenta un escrito harto profético compuesto por Ezequías, rey de Judá del linaje de David, luego de que se recobrara de una enfermedad de muerte que le enviara Yahweh. Su contenido, en efecto, evidencia una serie de temas que tienden un puente entre algunos textos del Antiguo y del Nuevo Testamento, más concretamente entre algunos salmos y un célebre dicho de Jesús a uno de sus principales discípulos en el evangelio de Mateo, el cual ha sido durante ya tantos siglos objeto de disputa entre las tres principales ramas de la cristiandad.


 

 El escrito de Ezequías, rey de Judá, de cuando enfermó y sobrevivió a su enfermedad.

Yo había dicho: “En la inactividad de mis días me estoy encaminando a las puertas del Seol, privado del resto de mis años”. Había dicho: “No veré a Yah, a Yah en la tierra de los vivientes; ya no contemplaré a los hombres cuando esté con los que habitan en aquella región. El período de mi vida habrá expirado y me habrá sido quitado como la tienda de un pastor; habré enrollado mi vida como un hilador. Me cortará como un resto de tejido en el telar, del día a la noche acabará conmigo. Me fui adaptando hasta la mañana (como un león, así quiebra él todos mis huesos). Del día a la noche acabas conmigo..."

Como una grulla, como una golondrina, así hablo para mí en voz baja. Gimo como la paloma. Alzo mis ojos a lo alto: "¡Señor, estoy oprimido; dame alguna garantía!”

¿Qué diré? Porque él me lo había dicho; y obró en consecuencia. Iré despacio por todos los años que me resten por vivir a causa de la amargura de mi alma: es a causa de ellos, Señor, que todos vivirán. Y es en pos de todas ellas que está la vida de mi espíritu, pues me restablecerás y me darás vida. He aquí que por el bienestar me había sobrevenido una tremenda amargura, pero tú te apegaste a mi vida y la salvaste del pozo del olvido, porque echaste a tus espaldas todos mis pecados. Y es que no es el Seol el que te agradecerá, ni la muerte la que te alabará, ni tampoco son los que descienden a la fosa los que estarán a la espera de tu fidelidad. Es el que vive, es el que vive el que te agradece, tal como yo lo hago hoy. Un padre dirigirá la atención de los hijos hacia tu verdad.

¡Yahweh tiene la intención de librarme, por lo cual cantaremos todos los días de nuestra vida mis canciones sobre la casa de Yahweh!