Salmo 12

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En su justa brevedad, el Salmo 12 profetiza sobre el fin de la era presente, en el que la inmensa mayoría de la humanidad estaría dominada por la hipocresía propia de una mente desdoblada, la cual se mostraría por fuera complaciente y dócil, mientras que por dentro acariciaría con orgullo, empedernidamente, su supuesta autonomía de juicio para ir en pos de las cosas más viles y vacuas. El salmo presenta también el momento en que Yahweh se levantaría para actuar en favor de quienes sufren profundamente tal estado de cosas a fin de ponerlos a salvo de dicha generación desnaturalizada.


 

 Al director. Sobre la Octava. Salmo de David.

¡Salva, Yahweh, porque se ha terminado el bondadoso, porque han desaparecido los sinceros de entre los seres humanos! Cada cual habla vacuidad con su prójimo; hablan con labios complacientes y con un pensamiento doble…

Yahweh cortará a todo labio complaciente y a toda lengua que haya hablado orgullosamente, que haya dicho: “¡Por nuestra lengua nos impondremos! ¡Todavía tenemos labios! ¿A quién tenemos por señor?”

“Por la opresión de los afligidos, por el lamento de los necesitados, ¡ahora me levantaré! —dice Yahweh— ¡Pondré a salvo al que suspira por ello!”

Los dichos de Yahweh son dichos puros, plata refinada en un horno cavado en la tierra, purificada siete veces. ¡Tú, Yahweh, los cuidarás, los preservarás de esta generación para la era que viene!

Los impíos andan por todas partes cuando entre los seres humanos se exalta la vileza…