Salmo 138

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Los dichos de David en el Salmo 138 son ante todo una alabanza a Yahweh con la que le agradece su cuidado y su atención para con él en todo momento. Aun así, el salmo no deja de manifestar, en su final mismo, la tensión propia de quien aun se encuentra en la debilidad de la carne y expuesto a las impresiones de aquello que lo rodea. Sin embargo, el salmo es ante todo una profecía sobre el siervo del Señor, lo cual queda bastante claro en la mención de los reyes que escucharían, entenderían y alabarían a Yahweh agradecidos.


 

De David

¡Te agradezco con todo mi corazón! ¡Te cantaré salmos frente a los poderosos!

Hago reverencia hacia tu santo templo y agradezco a tu nombre por tu gracia y por tu verdad, porque has engrandecido tu nombre —tu declaración— por sobre todas las cosas, En el día en que clamé, tú ya me estabas respondiendo y me afirmabas en mi alma con fuerza.

¡Te agradecerán, Yahweh, todos los reyes de la tierra al oír las declaraciones de tu boca! ¡Y cantarán de los caminos de Yahweh, ya que es grande la gloria de Yahweh! Porque aunque Yahweh es excelso, considera al abatido; en cambio, al altivo lo reconoce ya desde lejos. Si camino yo en medio de la angustia, tú me harás revivir; enviarás tu mano contra mis enemigos y tu derecha me librará.

Yahweh llevará las cosas a término conmigo. Tu bondad, Yahweh, es permanente: ¡no descuides la obra de tus manos!