Tal como el Salmo 56, el Salmo 34 atribuye su inspiración a aquel mismo episodio que viviera David en la corte de Abimélej, rey de la ciudad filistea de Gat. Sin embargo, a diferencia del primero —donde predomina la contrariedad—, el caso presente se centra en el cuidado que Yahweh muestra por todos aquellos que lo honran. El aspecto profético de este salmo se manifiesta mayormente en el consejo del autor para el “hombre que se deleita con la vida”, una alusión al Cristo y a la era venidera, en la que se experimentará la verdadera vida de Dios.
De David. Al cambiar su comportamiento delante de Abimélej y de cuando éste lo echó y él se fue.
Bendeciré a Yahweh en todo tiempo; su alabanza estará siempre en mi boca. De Yahweh se jactará mi alma; los afligidos lo escucharán y se alegrarán:
“¡Magnifiquen a Yahweh junto conmigo y exaltemos al unísono su nombre! ¡Busqué a Yahweh y él me respondió y me libró de todos mis terrores! Están quienes miraron hacia él y fueron alumbrados y sus rostros no se avergonzaban. ¡Este afligido clamó y Yahweh lo escuchó y lo libró de todos sus aprietos! El ángel de Yahweh es uno que acampa alrededor de los que le temen y los retira del peligro. ¡Prueben y vean que Yahweh es bueno! ¡Dichoso el varón que se refugia en él! ¡Teman a Yahweh, ustedes, sus consagrados, pues entre quienes le temen no hay nadie a quien le falte algo! Los cachorros de león, ellos sí que han estado necesitados; ¡pero a los que buscan con diligencia a Yahweh no les hará falta ningún bien!”
Vengan, hijos, escúchenme; les enseñaré del temor de Yahweh:
“¿Quién es el hombre que se deleita con la vida, que ama los días para ver el bien? Preserva tu lengua del mal y tus labios de hablar fraude; apártate del mal y haz el bien: ¡busca la paz, y síguela!
“Los ojos de Yahweh miran a los justos; y sus oídos están atentos al grito de clamor de ellos. El rostro de Yahweh está contra los que practican el mal para cortar de la tierra su recuerdo. Los justos han gritado por ayuda y Yahweh los ha escuchado y los ha librado de todos sus aprietos.
“Yahweh está cercano a los que tienen el corazón roto y salva a los que tienen el espíritu magullado. Muchas son las adversidades del justo, pero Yahweh lo librará de todas ellas. Él es quien cuida todos tus huesos: ni siquiera uno de ellos será quebrado. Al impío le da muerte la maldad; y los que odian a un justo se hacen culpables. Yahweh es redentor de la vida de sus siervos y no serán culpables ninguno de los que se refugian en él.”