Consistente en un único capítulo que lo convierte en el más breve de los textos que integran el orden de los Profetas (y, de hecho, de los que integran todo el Antiguo Testamento), la visión del profeta Abdías presenta, a la vez, un desnudamiento completo del misterio de la nación de Edom y una fortísima declaración acerca de la ruina total que le sobrevendría hacia el final de la era, en el tiempo en que Yahweh descubriría todas las cosas ocultas, pondría nuevamente las cosas en su lugar y restauraría a su pueblo todo lo robado por sus parientes lejanos.
Una visión de Abdías.
Así ha dicho el Señor Yahweh a Edom: “Hemos oído una noticia de parte de Yahweh, y ha sido enviada una circular entre las naciones: ’¡Levántense! ¡Nos levantaremos para guerrear contra ella!‘
“¡Mira! He hecho que seas pequeño entre las naciones, eres despreciado en gran manera… ¡La soberbia de tu corazón te ha engañado, morador de las hendiduras de la peña, cuya habitación está en lo alto, que dice para sí: ‘¿Quién me derribará al suelo?’!
“Si te elevaras como un águila y entre las estrellas pusieses tu nido, de allí te derribaré (oráculo de Yahweh). Si ladrones o saqueadores nocturnos fuesen a llegarse a ti, ¡cuán deshecho quedarías! ¿Acaso no hurtarían hasta tener suficiente? Si fuesen a llegarse a ti vendimiadores, ¿acaso no dejarían algunas uvas? ¡Cómo han sido expuestos los de Esaú! Sus tesoros ocultos han sido investigados…
“¡Hasta el límite te empujarán todos los hombres con los que tenías un acuerdo! Te habrán engañado, habrán podido contigo los hombres que aseguraban tu prosperidad. Los que comían de tu alimento pondrán un lazo debajo de ti. Nadie parece entender esto…
“En aquel día (oráculo de Yahweh), ¿no haré que se desvanezcan los sabios de Edom y el entendimiento del monte de Esaú? Y tus valientes, Temán, estarán devastados, pues por la matanza será cortado todo hombre del monte de Esaú.
“Por la crueldad contra tu hermano Jacob te cubrirá el oprobio y serás cortado por la era. El día en que te pares desde enfrente, el día en que extraños se lleven cautiva su riqueza y los extranjeros vengan a su puerta y echen suertes sobre Jerusalén, tú estarás otra vez en connivencia con ellos…
“¡Pero no deberías quedarte viendo en el día de tu hermano, en el día de su desgracia; ni alegrarte por los hijos de Judá en el día de su ruina; ni jactarte con tu boca en el día de la angustia; ni entrar por la puerta de mi pueblo en el día de su calamidad; ni quedarte viendo su mal en el día de su calamidad; ni estirar la mano a su riqueza en el día de su calamidad; ni pararte en la encrucijada a fin de cortar a los que salen ni encerrar a los que quedan en el día de la angustia! ¡Ya que el día de Yahweh sobre todas las naciones está cerca! ¡Tal como has hecho se hará contigo! ¡Tu arreglo se revertirá sobre tu propia cabeza! ¡Porque tal como ustedes habrán estado bebiendo en el monte de mi santo, así beberán todas las naciones sin parar! ¡Beberán, engullirán y serán como si no hubiesen sido!
“Pero en el monte Sión habrá una salida, y será santo; y la familia de Jacob dispondrá de sus posesiones. La estirpe de Jacob será fuego y la estirpe de José será llama y la estirpe de Esaú será por estopa: los encenderán y los consumirán. Y no habrá siquiera uno que quede de la estirpe de Esaú, porque Yahweh ya ha hablado. Y dispondrán del sur juntamente con el monte de Esaú, y la estepa juntamente con la tierra de los filisteos; y dispondrán del campo de Efraín y del campo de Samaria y Benjamín juntamente con Galaad. Y la cautividad de esta multitud de los hijos de Israel dispondrá de lo que es de los traficantes hasta Sarepta; y la cautividad de Jerusalén que está en Sefarad dispondrá de las ciudades del sur.
“Y libertadores ascenderán el monte de Sión para condenar al monte de Esaú y el reinado será de Yahweh.”