Salmo 4

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El Salmo 4 es el primero dentro de la serie dirigida «Al director» que ocupa poco más de una tercera parte del Libro de los Salmos. La indicación que en su encabezamiento señala que se trata de una composición para ser ejecutada con instrumentos de cuerda o neguinot, puede también entenderse como que la misma contiene algunas ironías. Se trata, en este último sentido, de una sutil invectiva del varón de Dios contra aquellos que gastan palabras vanas en pos del bien de Yahweh cuando en verdad tan sólo aspiran, como la inmensa mayoría, a pasárselo bien en este mundo.


 

Al director. Con instrumentos de cuerda. Salmo de David.

¡Respóndeme en mi clamor, Dios de mi justicia! En la angustia me habías ensanchado: ¡dame tu gracia y escucha mi oración!

¿Hasta cuándo, hijos de hombre, volverán mi honra en ignominia, amarán la vacuidad y buscarán la mentira? (selah) ¡Dense cuenta de que Yahweh ha puesto aparte para sí a uno al que le fue mostrada bondad! ¡Yahweh me escuchará en mi clamor! ¡Estremézcanse y no pequen! ¡Hablen consigo mismos en sus camas y cállense! (selah) ¡Ofrezcan un sacrificio de justicia y pongan su certeza en Yahweh!

Muchos dicen: "¿Quién nos hará ver lo bueno? ¡Alza sobre nosotros la luz de tu rostro, Yahweh...!" Pero tú has dado más alegría a mi corazón que la de ellos en el tiempo en que su grano y su mostro abundaron. En paz me acuesto y de inmediato me duermo, ya que tú solo, Yahweh, me haces morar en la certeza...