El Salmo 111 ensalza ante todo la firmeza del pacto de Yahweh con su pueblo a lo largo de toda la era presente, pues es en verdad en la ya muy cercana era venidera que todas las promesas atinentes a dicho pacto tendrán su cumplimiento. ¿Pero cuál es el fundamento de dicho pacto, sino la gracia y la compasión que tanto abundan en Dios? Ya que el pacto aquí aludido no se funda en la nula capacidad humana para cumplir estrictamente con la letra de sus leyes, sino en las promesas hechas por Dios mismo a Abraham y a David.
De todos los libros proféticos del Antiguo Testamento, el mensaje presente en el libro de Malaquías es uno de los más claros respecto del estado general en el que se encontraría el pueblo de Dios en los días previos a la llegada del día de Yahweh, esto es, a la intervención directa de Dios para ajustar cuentas con su pueblo antes de poner fin a la presente era, dando así inicio a la era de justicia que ha prometido. En virtud de ello, ofrezco aquí mi traducción anotada del texto hebreo de este libro de importancia crucial para nuestro tiempo.