Habacuc

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La «carga que vio el profeta Habacuc» es una suerte de esquema profético de los días previos a la intervención grandiosa y manifiesta de Dios en los asuntos humanos, en el final de la presente era. En ella se puede observar muy nítidamente la forma y el orden que este guarda al tratar con la humanidad, tanto con quienes pertenecen a su pueblo como con aquellos que son sus enemigos. Puesto que su lectura implica hoy una respuesta al llamamiento a discernir los acontecimientos actuales con prudencia y con sabiduría, ofrezco aquí mi traducción anotada de su versión original hebrea.


 

1

La carga [1] que vio el profeta Habacuc.

¿Hasta cuándo, Yahweh, gritaré y no escucharás, clamaré a ti “¡coerción!” [2] y no salvarás? ¿Por qué me das a ver iniquidad y me haces contemplar opresión? ¡La violencia y la coerción están delante de mí! ¡Y hay disputa, y la contienda es sostenida! Debido a esto, la instrucción se debilita y el juicio no llega a buen puerto, pues el malvado asedia al justo; es por ello que el juicio sale torcido.

“¡Miren entre las naciones y contemplen! Maravíllense y asómbrense, ya que hago en sus días una obra que no creerían si se la fuesen a contar. Porque vean: yo levanto a los caldeos, aquella nación amarga y presurosa que recorre extensiones de tierra a fin de poseer moradas que no le pertenecen. Terrible y temible es ella; sobre sí misma funda su juicio y de sí misma procede su exaltación. Sus caballos son más ligeros que leopardos y están más alertas que lobos del crepúsculo. Y sus jinetes se multiplicarán al galope: desde lejos vendrán, volarán como buitre que desciende en picada para alimentarse. Toda ella vendrá para expoliar con coerción. La multitud de sus rostros mirará hacia el oriente y recogerá cautivos como arena. Hará burla de los reyes y los príncipes le darán risa. Se reirá de toda fortaleza, pues hará terraplén y la tomará. Entonces cambiará de humor [3] y pasará adelante, culpando de esta su fuerza a su dios.”

¿No provienes tú del oriente, mi Dios, mi Santo? ¡No moriremos, Yahweh: para juicio la pondrás! [4] ¡Y tú, Roca: para corregir la establecerás! Tú eres puro de ojos como para mirar el mal; ni tampoco puedes contemplar el expolio: ¿por qué, entonces, contemplarás a los que actúan traicioneramente, callarás cuando el maligno devora a uno que es más justo que él y volverás a la humanidad como los peces del mar, como reptiles que no tienen gobernante? Alzará todo con el anzuelo, lo atrapará con su red, lo recogerá con su aparejo; debido a ello, se alegrará y estará feliz; debido a ello, ofrecerá sacrificios a su red y quemará incienso a su aparejo, pues con él engrosará su parte y su alimento será pingüe. ¿Pero acaso vaciará por ello su red y dejará de asesinar naciones de continuo?

2

Me pararé sobre mi puesto de vigía, afirmaré mi parada sobre la fortaleza y velaré para ver qué me dice y qué responderé respecto de mi queja. Y Yahweh me respondió diciendo: “Escribe una visión y declárala sobre las tabletas, de manera que corra quien lea en ellas. Pues aún hay visión para el tiempo señalado y hacia el final resoplará. [5] Y no mentirá: aunque tardase, espérala, pues ciertamente vendrá y no se retrasará.”

“Mira: el infatuado no enderezará su alma; pero el justo, en su confianza, vivirá. E incluso, tal como el vino es traicionero, aquel varón se ensoberbecerá y no permanecerá en su hogar, ya que ensanchará como el Seol su alma. Y él mismo es como la muerte, por lo que no quedará satisfecho, de manera que juntará para sí a todas las naciones y reunirá para sí a todos los pueblos. ¿No usarán todos estos un refrán sobre él y una enigmática canción burlesca acerca de él? Dirán:

‘¡Ay del que multiplicó para sí lo que no era suyo! ¿Hasta cuándo asumirá pesadas deudas? ¿No surgirán de repente tus acreedores [6] y se despertarán los que te hacen temblar y serás por botín para ellos? Puesto que tú has despojado a muchas naciones, te despojará todo el resto de los pueblos debido al derramamiento de sangre humana, al expolio del país, de la ciudad y de todos los que habitan en ella. ¡Ay del que codicia con mala codicia para su casa, para poner en lo alto su nido a fin de librarse del alcance del mal! Planeaste vergüenza para tu casa —el poner fin a muchos pueblos— y pecaste contra tu vida. Pues una piedra clamará desde el muro, y una viga de enmaderado le responderá. ¡Ay del que construye una ciudad con sangre y del que funda una ciudad sobre la iniquidad! Vean: ¿no procede acaso esto de Yahweh de los ejércitos? Por lo tanto, los pueblos se esforzarán para el fuego y las naciones se fatigarán en vano, pues la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Yahweh tal como el agua recubre el mar. ¡Ay del que da a beber a su vecino! Tú, que le acercas tu botella hasta emborracharlo a fin de contemplar su desnudez... ¡te has saciado más de vergüenza que de honra! ¡Bebe tú también y quedará al descubierto tu incircuncisión! Vendrá sobre ti la copa de la mano derecha de Yahweh y un vómito de ignominia sobre tu honra. Pues te cubrirá el expolio del Líbano, y el despojo de los animales te arruinará debido al derramamiento de sangre humana, al expolio del país, de la ciudad y de todos los que habitan en ella. ¿De qué aprovecha un ídolo esculpido al que lo moldea, una escultura de fundición que enseña mentira, ya que el que esculpe su forma se confía en ella y continúa fabricando ídolos mudos? ¡Ay del que dice al madero ’despierta’ y a la piedra ’levántate’! ¿Es esto un maestro? ¡Vean: está adornado de oro y plata y no hay en lo absoluto espíritu dentro de él! Pero Yahweh está en su santo templo: ¡calle delante de él toda la tierra!‘”

3

Oración del profeta Habacuc. Sobre Shiguionot. [7]

Yahweh: He escuchado tu anuncio y he temido. Yahweh, tu obra, ¡avívala en medio de los años! ¡En medio de los años hazla conocer! ¡En el enojo acuérdate de la misericordia!

Dios vendrá desde el sur [8] y el Santo desde el monte Parán (selah) [9]. Su gloria cubrirá el cielo y la tierra se llenará de su alabanza. Y el resplandor será como la luz: salen dos rayos de su mano, y allí está el escondedero de su fuerza. Delante de él irá la plaga, y a sus pisadas saldrán carbones encendidos. Se detendrá y medirá la tierra; mirará y hará sacudir naciones. Y serán esparcidos los montes de antaño, las colinas perennes se postrarán; los caminos perennes, ¡suyos son! Veré a las tiendas de Cusán bajo aflicción; las cortinas del país de Madián temblarán…

¿Te airarás contra los ríos, Yahweh? ¿Será contra los ríos tu enojo? ¿Será contra el mar tu furia cuando cabalgues sobre tus caballos, tus carros de salvación? Tu arco se descubrirá por completo. Los juramentos a las tribus serán una declaración firme (selah). Con ríos atravesarás la tierra. Te verán y se sacudirán los montes en dolores. La inundación de aguas pasará. Dará su voz el abismo, alzará sus manos a lo alto. El sol y la luna se pararán en su lugar: a la luz de tus flechas andarán, al resplandor del relámpago de tu lanza.

Con indignación marcharás sobre la tierra. Con furia pisotearás naciones. Saldrás para salvar a tu pueblo, para salvar a tu ungido. Aplastarás al alto mando de la casa del maligno, descubriendo el cimiento hasta la base (selah). Perforarás con sus propias varas al alto mando de sus oficiales, los cuales vendrán como una tempestad para dispersarme, alegrándose como quien devora al afligido en secreto. Conducirás en el mar tus caballos sobre un montículo de muchas aguas.

Escuché y se conmovió mi vientre. Al sonido se estremecieron mis labios. Pudrición entra en mis huesos y, estando en mi propio sitio, me estremece que vaya a estar reposado en el día de la angustia para ascender al pueblo de mi residencia. Aunque la higuera no floreciese y no hubiese fruto en las vides, e igualmente faltase el producto del olivo y los campos no produjesen alimento y el rebaño fuese arrebatado del corral y no hubiese vacas en los establos, ¡aun así me alegraré en Yahweh, me gozaré en el Dios de mi salvación! ¡Yahweh el Señor es mi fuerza, que pone mis pies como ciervas y me conduce por sobre mis alturas! [10]

Al director [11] : con mis instrumentos de cuerda.

 

Notas

[1] משא. Aunque podría traducir esta palabra como “sentencia”, “declaración”, “oráculo” o “profecía”, escojo hacerlo en base a su sentido más común, el cual señala algo que es levantado y cargado y que, en caso de tratarse de una declaración de Yahweh, ha de ser entregado. El texto griego de la versión Septuaginta lo traduce como λῆμμα, hebraísmo por למה cuyo significado principal es «¿por qué?», el cual refleja el tono general del discurso que Habacuc dirige a Dios en todo el capítulo 1. Para otra opción de traducción de משא en la Septuaginta, véase la nota 1 a mi traducción del capítulo 19 de Isaías en «La carga de Egipto (Isaías 19)».

[2] Aquí y en otros pasajes traduzco así —«coerción»—, la palabra hebrea חמס, la cual tiene diversos matices y sentidos, siendo los principales violencia, opresión e injusticia. Lo hago así puesto que, en el caso presente, la injusticia, la opresión y la violencia se manifiestan principalmente mediante la coerción o el cohecho, es decir, el despojo a la vez violento e ilegal que se ejerce sobre una persona o sobre un pueblo.

[3] חלף רוח. Literalmente, «cambiará espíritu».

[4] Se refiere, desde luego, a la nación de los caldeos, por medio de la cual Yahweh trae juicio contra su pueblo y contra su tierra, como preludio a la era que viene.

[5] La imagen que presenta aquí el autor es la de alguien que resopla luego de haber corrido.

[6] נשכיך. La raíz verbal נשך, cuyo sentido básico es «morder», tiene también el sentido tanto de prestar como de tomar prestado dinero a interés. En este caso —y a diferencia de muchas traducciones de la Biblia al español— traduzco «acreedores», ya que la ambigüedad del término hebreo no sólo lo permite, sino que incluso parece exigirlo. En efecto, el mismo parece señalar una situación en la que aquellos que en un comienzo eran deudores de los caldeos pasarán luego a ser sus acreedores. Esto se deduce, entre otras cosas, por el hecho de que, tal como se lee en Habacuc 1:6, los caldeos son una nación que “recorre extensiones de tierra a fin de poseer moradas que no le pertenecen”.

[7] No hay un consenso general acerca de cuál sea el sentido de la presencia de este término hebreo, cuya forma singular —שגיון— aparece en el encabezamiento del Salmo 7. Su significado sería el de "tumbo", "desliz" o "yerro", muy especialmente propiciado por una intoxicación alcohólica. Tal parecería ser su sentido en el título de encabezamiento del Salmo 7. En este sentido, dada también la presencia de la misteriosa expresión selah (véase la nota 9), incluida en varios salmos, y la no menos misteriosa indicación que se encuentra al final de la presente oración de Habacuc (véase la nota 11), resulta claro que debe considerarse a la misma como si se tratase de uno de los salmos que componen el libro del mismo nombre.

[8] En el texto hebreo se lee תימן, el cual es ciertamente un toponímico del antiguo territorio de Edom, al sur de Judá. Sin embargo, Teimán —que es también el nombre con el que se designaba al viento sur— parece derivarse de ימין, es decir, a la vez «derecha» y «sur», esto último como de alguien que está mirando hacia el este y cuya derecha se orienta hacia el sur. De ahí también el nombre del actual país de Yemen, el cual indica su ubicación en el extremo sur de la península arábiga. Por lo demás, tanto el Targum de Habacuc y la Peshitta (los cuales presentan, respectivamente, דרומא y ܬܝܡܢܐ) como la versión griega de Teodoción (en la cual se lee νότος), autorizan plenamente la presente traducción de Teimán, tal como ocurre también en el texto de Deuteronomio 33:2 y de Zacarías 9:14.

[9] El término סלה, presente exclusivamente en los Salmos y en esta porción del libro de Habacuc es uno de los más misteriosos del hebreo del Antiguo Testamento. Su sentido ha sido mayoritariamente interpretado como una indicación musical. Sólo unos pocos han intuido que el término en cuestión cuenta con un sentido profético, a cuyo significado, sin embargo, ya no sería posible acceder por los medios convencionales de la investigación académica.

[10] Esta última oración reproduce exactamente una que compone el salmo 18 (véase Salmos 18:33), el cual, a su vez, reproduce el texto presente en 2 Samuel 22.

[11] מנצח es otro de los términos oscuros que se encuentra en el libro de los salmos. Lo traduzco «director» en virtud de que esta es una palabra que tanto puede aplicarse al ámbito de la alabanza en el templo como al de la construcción del mismo, tal como se observa en el uso de esta misma raíz נצח en su construcción hitpael en Esdras 3:9).

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