Las buenas nuevas que serán anunciadas en los días que vienen como preludio del final de esta era sólo podrían ser dichosamente recibidas de darse también un arrepentimiento respecto de la iniquidad. ¿Pero cómo arrepentirse de esta, cuando ni siquiera se sabe en qué consiste ni qué la ha constituido?
Desde su misterioso título de encabezamiento, el Salmo 7 advierte que su contenido es un yerro o desliz cantado para Yahweh por parte de David a propósito de unas palabras o asuntos de un tal Cush, procedente, con toda probabilidad, de la tribu de Benjamín. Precisar, sin embargo, en qué cosa consiste este desliz por parte de David resulta difícil. Es posible que tal cosa se deba a expresiones suyas referidas a su propia justicia e integridad, siendo que el asunto principal del salmo consiste, precisamente, en la exaltación de la justicia de Dios como único fundamento de sus juicios.