El libro de los Salmos contiene una serie de quince composiciones cuyo encabezamiento común —«canción de los ascensos»— parece vincularse, en cierto sentido profético, con aquella experiencia de enfermedad mortal y sanación por la que pasara Ezequías, el rey de Judá en Jerusalén durante los días del profeta Isaías, en cuyo libro profético, más específicamente en su capítulo treinta y ocho, se encuentra consignada la misma. Por mi parte, me pareció más que interesante publicarla aquí traducida del texto hebreo estándar (aunque cotejado, aquí y allá, con sus versiones aramea del Targum, griega y siríaca) e incluyendo algunas notas aclaratorias.
Pese a dar inicio a una nueva división dentro del orden de los Salmos que los editores judaicos asignaron a dicho libro en base a ciertas marcas textuales, el salmo 107 guarda una relación profética muy estrecha con los dos que le anteceden, de los cuales viene a ser un perfecto corolario. Ello se pone en evidencia al observar que el mismo ensalza la bondad de Yahweh para con todos los seres humanos que, en sus angustias y tribulaciones sin salida, claman a él por liberación, sincera y humildemente, reconociéndolo por quien verdaderamente es: el salvador de todos los hombres.
Mariano FrancoComentarios desactivados en La carga de Babilonia que vio Isaías hijo de Amoz (Isaías 13 y 14)
En su titulación clásica, las ediciones occidentales de la Biblia suelen circunscribir la «carga de Babilonia» al capítulo trece del libro del profeta Isaías. Al hacerlo, pasan por alto que el capítulo catorce —que contiene una burla contra el rey de Babilonia en la que se ha originado el mito del ángel caído al que el mundo occidental llama unánimemente Lucifer— es también, con toda probabilidad, una parte integral de dicha «carga». Por lo tanto, dando cierre a esta serie que he dedicado a las «cargas proféticas», publico aquí mi traducción anotada de ambos capítulos de la «carga de Babilonia».
Mariano FrancoComentarios desactivados en La carga del desierto del mar / La carga de Duma / La carga que está en Arabia (Isaías 21)
El capítulo veintiuno del libro del profeta Isaías contiene tres breves «cargas» proféticas cuyo sentido es ciertamente muy oscuro y que, de hecho, conforman uno de los pasajes más enigmáticos de todo el Antiguo Testamento. Al parecer, cada una de ellas no constituye tanto mensaje en sí mismo como un complemento de otros oráculos incluidos en el mencionado libro, debiendo ser, por ello mismo, leídas y sopesadas junto con ellos a fin de tener un cuadro más acabado del fin de la era. Como es mi costumbre aquí, ofrezco a continuación mi lectura y mi traducción anotada de las mismas.
Mariano FrancoComentarios desactivados en La carga de Damasco (Isaías 17)
Históricamente, la «carga de Damasco» del capítulo diecisiete del libro de Isaías se inscribe en un tiempo en que el reino norteño de Israel —llamado también Efraín— se hallaba unido por una alianza estratégica con el reino de Damasco en contra del reino sureño de Judá. Sin embargo, como ocurre con el resto de los libros de los profetas, el sentido de este oráculo se ha de encontrar en nuestros propios días y en entidades nacionales que, por ende, difieren de las que en él se mencionan. He aquí mi traducción anotada del texto hebreo de esta «carga de Damasco».
Mariano FrancoComentarios desactivados en La carga de Moab (Isaías 15 y 16)
Por motivos que nunca han sido satisfactoriamente explicitados, los profetas dedicaron muchos de sus dichos al rol que el pueblo y el país de Moab, ubicado en la ribera oriental del río Jordán, jugarían en el fin de la era, así como también a sus vicisitudes durante los últimos años de la misma. Tal es también el caso de los capítulos quince y dieciséis del libro de Isaías, en los que el profeta expresa el mensaje que Yahweh le encargó acerca de dicha nación. A continuación, presento mi propia traducción anotada del texto hebreo de esta enigmática «carga de Moab».
Mariano FrancoComentarios desactivados en La carga que fue en el año en que murió el rey Acaz (Isaías 14:28-32)
El libro del profeta Isaías registra una breve y enigmática «carga» profética contra Filistea relacionada con los días en que el imperio asirio comenzaría a hacer sentir allí todo su poderío militar en pos de la conquista y el sometimiento de toda la región. La misma menciona a un misterioso ser seráfico, figura que resurge más adelante en otro pasaje del mismo libro. Además de publicar aquí mi traducción del texto hebreo de esta «carga», me he propuesto, al momento de anotarla, brindar algunas claves a propósito de este misterioso ser y su relación con el fin de la era.