Podría decirse que nada hay mejor, para precisar el sentido de las palabras que componen el Nuevo Testamento, que dirigirse a sus fuentes. Esto resulta especialmente cierto cuando se trata de dilucidar la quintaesencia de la iniquidad, sin arrepentirse de la cual nadie verá la vida de la era venidera.
El Salmo 3 presenta una meditación de David sobre la oposición que experimentaría el siervo del Señor como parte de su experiencia expiatoria, conforme a la justicia de Dios. Tal como indica el título de su encabezamiento, dicha meditación gira en torno al amarguísimo episodio vivido por David al rebelarse contra él su hijo Absalón, quien lo obligara a huir de Jerusalén, llevando las cosas hasta un extremo que signaría, finalmente, su propia ruina. Con ello, antes que echar sobre alguien muy amado el peso de un odio perpetuo, el salmo parece preferir la compasión para con todos los enemigos.
Pese a dar inicio a una nueva división dentro del orden de los Salmos que los editores judaicos asignaron a dicho libro en base a ciertas marcas textuales, el salmo 107 guarda una relación profética muy estrecha con los dos que le anteceden, de los cuales viene a ser un perfecto corolario. Ello se pone en evidencia al observar que el mismo ensalza la bondad de Yahweh para con todos los seres humanos que, en sus angustias y tribulaciones sin salida, claman a él por liberación, sincera y humildemente, reconociéndolo por quien verdaderamente es: el salvador de todos los hombres.
Tal como ocurre con el resto de las Escrituras, el texto del salmo 106 es eminentemente profético, orientado hacia el fin de la presente era que ya está sobre nosotros. Su contenido desgrana, con detalle concienzudo, la experiencia de Yahweh con su pueblo, al que rescató de Egipto con mano poderosa a fin de establecerlo en Canaán y cuya falta de confianza e infidelidad trazaría su devenir a través de los siglos. Su lectura, por lo tanto, resulta de máximo provecho para todo aquel que aspire sinceramente a adquirir un cierto discernimiento del trato de Dios para con su pueblo.